En una jornada con un excelente clima y tribunas repletas de tifozzi, Max Verstappen volvió a ganar, luego de varias poles que no pudo convertir en victoria, al ser superado por los McLaren.
El piloto de Red Bull extrajo el máximo potencial a su RB21, un coche problemático, que mejoró notablemente con las actualizaciones y le permitió obtener su segunda victoria en la temporada.
Lando Norris terminó segundo, luego de entablar una lucha con su compañero Oscar Piastri por la posición, que el piloto australiano no pudo sostener debido a la degradación de los neumáticos. Pirelli llevó a Imola la gama más blanda (C4, C5 y C6) que tiene una ventana de rendimiento más acotada que el resto, que obligó a cambiar la estrategia, que en principio iba a ser a una parada, transformándola en dos.
El público italiano también festejó, aunque no pudieron tener un podio, gracias al trabajo que realizaron Lewis Hamilton y Charles Leclerc, al colocar los Ferrari en 4° y 6° posición en el GP de casa y lamentaron el abandono del joven piloto italiano de Mercedes, Andrea Kimi Antonelli, tras sufrir un fallo en el motor.
El piloto argentino Franco Colapinto que largó 16° por una sanción, ya que había clasificado 14°, entrando en la Q2, finalizó en la misma posición, luego de acatar la orden de Alpine de cederle la posición a su compañero, Pierre Gasly, quien a 20 vueltas del final, parecía tener más chances de ir por los puntos (recibió la sanción en la Q1, cuando el equipo lo liberó anticipadamente, tras la bandera amarilla por el accidente de Yiki Tsunoda).
Durante la carrera, mantuvo un ritmo constante, sin cometer errores ni arriesgar y llegó a estar noveno, cuando en el giro 14, el desgaste de los neumáticos obligaba a varios pilotos a hacer una parada anticipada. El piloto argentino no pudo sostener la posición, ya que tenía detrás a Piastri, Leclerc, Russell, Sainz y Alonso, que habían quedado relegados tras las detenciones. Tras la victoria en Imola, Verstappen achica la diferencia con Piastri, que sigue liderando el campeonato, mientras McLaren se consolida como líder en Constructores.
En Alpine están conformes con el desempeño de Colapinto, que a pesar del accidente en Q1 (primera tanda clasificatoria) no bajó los brazos, escuchó los consejos de su ingeniero y las recomendaciones de su mentor, Flavio Briatore y finalizó la carrera, en un circuito muy complejo y técnico, sin contratiempos y devolvió el coche sano a los boxes. En rueda de prensa Colapinto dijo “Fue una carrera para aprender y sumar experiencia. El ritmo fue mejor que el sábado, y lo importante era completar cada vuelta. Nos llevamos datos valiosos”.
Para los fanáticos de nuestro país, ver a Franco Colapinto en pista significa volver a tener representación argentina en la élite del automovilismo, una imagen que no se veía desde la década de los noventa. Su sola presencia es motivo de ilusión, y su desempeño en Imola ratifica que está a la altura del desafío.
El próximo fin de semana, Franco Colapinto se enfrentará a otro reto, en la segunda carrera de este triplete europeo, nada menos que el GP de Mónaco (23 al 25 de mayo), en Montecarlo, un circuito callejero, peligroso, que no perdona errores, donde clasificar bien y tener precisión hacen la diferencia.
