Talleres se aferra a una ilusión, apuesta al milagro. Anoche tenía que ganar para seguir en carrera, y aunque le costó lo logró. Se quedó con los tres puntos en Parque de los Patricios y ahora, con la misión cumplida, deberá esperar que River pierda esta noche con Estudiantes. Son seis puntos de diferencia con dos fechas por delante. Sueños son sueños.
Tuvo que trabajar mucho para ganar. Enfrente estaba Huracán, que necesita los puntos de manera desesperada para escapar de la zona caliente del descenso. El Globo no se regaló, se aferró al partido con la presión de la indigencia. Y por momentos puso en aprietos al escolta de River. De hecho, durante el primer tiempo inquietó al arquero Guido Herrera en un par de ocasiones.
De todos modos, los primeros 45 minutos se terminaron sin pena ni gloria. El partido marcó la misma temperatura de la noche: muy frío. La única jugada para rescatar fue un error tremendo de Tomás Palacios que reparó con una infracción a Matías Cóccaro en el borde del área.
Mientras tanto, el cero a cero de la primera mitad tenía más espectadores en Núñez que en el propio Tomás Ducó. Todo River siguió atento al partido que le podía dar el campeonato. El cero a cero era suficiente para que el Millonario festejara aún sin jugar. Pero el gol de Romero le puso puntos suspensivos a la definición de la Liga Profesional. Por eso, esta noche el equipo de Demichelis deberá por lo menos empatar para celebrar el título.
Y el gol llegó por un error. El central Joaquín Novillo tenía la pelota como último hombre, se hizo un nudo y se la robó Rodrigo Garro, que encaró al arquero y habilitó a Romero para que defina con al arco a su disposición.
Sobre el final el partido estuvo detenido porque cayó una bomba de estruendo en el área del arquero visitante. Los seis minutos de descuento que dio el árbitro fueron un suplicio para Talleres, que con este triunfo mantiene la remota ilusión de pelearle el torneo a River.