DEPORTES
2-0 y alivio

Un cerrojo mexicano que se rompió por dos perlas argentinas

La Selección consiguió una victoria necesaria para seguir viva y mantener la ilusión en el Mundial de Qatar 2022. Tras un primer tiempo sin margen, en el segundo llegaron los goles con un remate de Messi y una exquisitez de Enzo Fernández. Ahora, contra Polonia, depende sí misma para clasificarse a octavos.

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Minuto 19. En el segundo tiempo, Messi rompió el cero de un partido cerradísimo. | Télam

Primero, el dato frío y necesario para que este texto se acerque a una lectura feliz: la Selección argentina consiguió una victoria importantísima al vencer por 2 a 0 a México. Segundo, el futuro: ahora depende sí misma para clasificarse a los octavos de final. Tercero, la estadística: Lionel Messi, a los 18 minutos del segundo tiempo, y Enzo Fernández, a los 42, le dieron un triunfo que le permite seguir con posibilidades de clasificación, incluso en el primer lugar del grupo en caso de que le gane a Polonia el próximo miércoles. 

Argentina tuvo un inicio alentador, ya que fue en búsqueda de la apertura del marcador y tuvo el control del balón, pero, con el correr de los minutos, la presión de México impidió que el equipo nacional logre imponer su juego y, si bien no generó acciones de peligro, cada avance fue una amenaza.

El encuentro se tornó cerrado. El equipo de Scaloni era el dueño de la tenencia de la pelota, pero nunca tuvo las herramientas para tomar una postura punzante y se vio limitado ante el bloque defensivo del rival que apostó a un esquema compacto para anular los planes argentinos.

En una primera etapa para el olvido, con un Rodrigo De Paul llamativamente impreciso, con Messi y Di María neutralizados y Lautaro Martínez casi sin tener contacto con la pelota, Argentina no se arrimó al arco de Ochoa. Un cabezazo desviado y aislado de Lautaro Martínez fue lo más peligroso, mientras que México con un tiro libre de Alexis Vega que contuvo Emiliano “Dibu” Martínez fue lo más cerca que estuvo de abrir el marcador.

Ya en el complemento, la Selección tomó nuevamente las riendas del partido, pero con un juego más ofensivo. México quedó contra el área, De Paul mejoró en todo sentido (actitud y aptitud de juego) y sobresalieron las intervenciones de Alexis Mac Allister y el ingresado Enzo Fernández, quienes le dieron más ritmo al mediocampo.

El juego de Argentina creció y volvió a dar indicios de ser el que fue durante su racha de 36 encuentros sin derrotas. Sin embargo, necesitó de un encuentro entre sus dos símbolos, Di María y Messi, para romper el cerrojo mexicano. Angelito vio un hueco y se la dio a Messi, que controló y remató cruzado para poner el 1 a 0. 

El gol descomprimió. Y la Selección apostó a la tenencia de la pelota y a tratar de lastimar con los contraataques y los destellos de Messi, que buscó combinar con Julián Álvarez, quien se mostró más participativo que Lautaro (en otro contexto, es cierto), mientras que México, con más empuje que con ideas claras, fue en busca de un empate que finalmente no logró.

En la agonía del encuentro, solo hubo lugar para un golazo consagratorio de Fernández: tras una acción individual en la puerta del área, el mediocampista del Benfica definió arqueó su cuerpo y la puso en el ángulo. A esa altura, el desahogo había llegado a todo el país.