La historia, como se cuenta en la película, comenzó cuando, en una reunión editorial, el entonces director le pide al equipo de “Spotlight” que revise la información que aparecía en una columna de opinión en la cual una de las personas que se declaraba víctima de los miembros de la Iglesia reclamaba justicia. ¿Cómo fue ese día?
—El abogado de las víctimas dijo que el propio cardenal [de Boston, Bernard Law] sabía del abuso de ese sacerdote, pero había decidido que continuara en distintas parroquias, donde seguía abusando de niños. El abogado de la Iglesia dijo que esas acusaciones eran irresponsables y falsas. Esa columna decía que era posible que no llegáramos a conocer la verdad porque los documentos internos de la Iglesia estaban bajo resguardo del tribunal. Entonces, durante mi primera reunión, en mi primer día de trabajo en The Boston Globe, les pregunté a mis colegas si habíamos pensado la posibilidad de una petición al tribunal para conseguir esos documentos.
—En su carrera usted ha ganado el Premio Pulitzer. ¿Cómo reconoce cuándo hay una gran historia?
—Inmediatamente. En el caso de la Iglesia Católica sabíamos que era un escándalo. Sabíamos que teníamos la responsabilidad de investigar a fondo ese escándalo.
—¿Cómo es la lucha que el equipo de investigación de “The Boston Globe” tuvo que llevar adelante ante la Iglesia, que tiene una enorme influencia sobre la sociedad?
—Es responsabilidad de un periodista hacer las investigaciones necesarias. No deberíamos pensar en el poder de las instituciones en la comunidad. Si hay una historia, y si debemos investigarla, hay que pensar sólo en la obligación periodística.
—¿El periodismo de investigación que se practicaba en aquella época es mejor que el que se practica hoy en los Estados Unidos?
—Creo que no. En el pasado se practicaban investigaciones muy profundas y con mucha ambición. Hacemos lo mismo en esta época.
—En lo digital, “The Washington Post” acaba de superar en número de visitantes únicos a “The New York Times”. ¿En qué se ha sustentado esa estrategia?
—Bueno, reconocemos que hay varios medios diferentes. Están los impresos, las emisoras de radio y también la televisión. Todos tienen distintas formas de comunicación para cada uno de los formatos de estos medios. Ahora ha llegado internet. Este es un medio distinto que plantea nuevas formas de comunicarse con la audiencia. Tratamos de aprovechar esas nuevas formas de contar historias.
—La pregunta del millón en “The Washington Post” y en la mayoría de los medios de comunicación del mundo es cómo hacer que la audiencia por internet genere ganancias.
—Sigue siendo un reto para todos nosotros. Estamos experimentando de varias maneras con varias soluciones, pero no puedo decir que hayamos llegado a la solución.
—Los medios tradicionales enfrentan a los alternativos en la competencia por obtener más audiencia. ¿Por qué un usuario de Twitter o Facebook debe seguir más de cerca la información de “The Washington Post” que un blog o un medio alternativo? ¿Cómo compiten ustedes con ese deseo de la gente de darle clik a algo que llama la atención?
—Nosotros tenemos en esta redacción a 700 personas trabajando como periodistas. Son personas con mucha experiencia. No son recién llegados a nuestra profesión. Ellos también tienen un buen conocimiento de los temas que abordan. No hay redacción equivalente a las nuestras.
—Cuando ustedes van a seleccionar una noticia como importante, ¿cuánto tiene que ver el tráfico de su audiencia en las redes sociales? Si toda la gente quiere oír sobre Donald Trump, ¿se enfocan en él o ustedes les dicen “no, el tema importante es éste” porque éste le afecta más como ciudadano?
—Usamos el juicio periodístico para seleccionar nuestros temas. No estamos pensando todo el tiempo en
el tráfico que generan varias historias.
—Otro tema: elecciones en Estados Unidos. Explíqueme el fenómeno mediático de Donald Trump. ¿Por qué los periodistas se enfocan tanto en cubrir las historias de él?
—Nos enfocamos porque, ahora, es el líder del Partido Republicano y él tiene mucho apoyo entre la gente, entre los partidarios republicanos. La verdad, ellos piensan que es un hombre fuerte, un hombre que expresa sus opiniones.
*Entrevista del periodista colombiano Edwin Giraldo de Caracol Radio.