Carlos Rodríguez es un economista argentino, doctorado en la Universidad de Chicago (por lo que es considerado uno de los referentes de los Chicago Boys argentinos) y exsecretario de Política Económica de la Nación entre 1997 y 1998. Tiene una larga trayectoria académica en Estados Unidos y Argentina, y es uno de fundadores de la Universidad del think tank universitario CEMA. Se autodefine como consdervador de derecha y pro mercado.
- ¿Cómo evalúa el discurso de Macri de hoy?
- Se lo notaba totalmente desorientado, fuera de sí. Y Pichetto tenía la cara parecida a Hernán Lorenzino, el ministro de Economía del “me quiero ir”. Lo de Macri es preocupante, porque le echó la culpa a la gente por haber elegido mal. Según él la culpa de lo que pasa no es culpa suya sino de la gente. Y se desligó de todo tipo de responsabilidad. Cree que el problema es que en las PASO la gente eligió a personas que gobiernan mal. Y, en segundo lugar, dijo que él está atrapado entre la herencia que le dejó Cristina Kirchner y el futuro que es Alberto Fernández, que no dice lo que va a hacer. Está en un laberinto borgeano. Le está pidiendo a Alberto Fernández que gobierne.
- ¿Se ilusiona con que Alberto Fernández incorpore a su gabinete a economistas de corte liberal como Guillermo Nielsen y que lleven a cabo las reformas que usted plantea?
- Ojalá. Pero el peronismo es un organismo multifacético y muy complejo. Primero tienen que ganar las elecciones y después tienen que organizarse entre el momento en que ganan y cuando asumen. Yo sé, porque los conozco a ambos, que Alberto y Nielsen son muy amigos, pero la política no reconoce amistades. Es muy complejo el peronismo y hay muchas tendencias económicas: podés encontrar desde muy populista, semimarxista, hasta liberales con mucha experiencia internacional como Nielsen. Él está cerca de Fernández, es cierto. Pero en el kirchnerismo tenés también al Grupo Callao y a Arnaldo Bocco que es totalmente diferente a Nielsen. Hay que ver quién llega y con qué poder. La expertise de Nielsen es el mercado internacional.
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- ¿Si el kirchnerismo sacase a Nielsen a la cancha tranquilizaría a los mercados?
- Sí, pero los mercados tienen la misma duda que yo. Saben que Nielsen y Alberto son amigos, pero no es el trabajo de Alberto Fernández calmar a los mercados, es una tarea que le corresponde a Mauricio Macri. Y Macri nos endeudó hasta la cabeza. Y ahora le está explotando la bola de deuda que él mismo creó. No es Alberto el que tiene que jugarse para que los mercados le refinancien la bicicleta de Macri.
- ¿Cuáles es el punto más urgente que tendrá para resolver un eventual próximo gobierno?
- El tema de la bola de Leliqs respaldando a los plazos fijos se tiene que terminar por las buenas o por las malas. Esa fue una exageración de Macri: un Banco Central pagando interés sobre el dinero hasta el punto tal que tenés una bola de plazos fijos o Leliqs igual a otra base monetaria. Yo hace décadas que vengo escribiendo en contra de eso, pero a Macri se lo digo desde el día en que asumió: que iba a chocar la calesita. Ahora ya es tarde, ya encendió la bomba. Lo que puede hacer Alberto Fernández el 10 de diciembre dependerá de lo que recibe y hay que ver a quién le explota la bomba. No podés tener un sistema en el cual el dinero está prestado al mismo Banco Central. No hay créditos. No está respaldado por crédito o inversión productiva. Está respaldado por papelitos que se pagan con más papelitos. Bueno, eso es explosivo. Macri dice “lo vamos a pagar con crecimiento”, ¿cuándo empieza el crecimiento? ¿Con la lluvia de dólares?
- ¿Y cómo se termina esa bola?
- El dólar sube y se licúa. Parte se licuará, parte se rescatará con reservas y parte se rescatará con un bono, supongo. Imagino que quizás un plan Bonex, a 5, 7 o 10 años.
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- Y la licuación va a terminar golpeando, indirectamente, a los ahorristas.
- Esa esa la bicicleta del sistema Macri. No está bien. Ellos quieren que los plazos fijos sigan renovándose, porque no pueden pagarlos, porque no hay inversión del lado de atrás. Hay Leliq. Y sí, una licuación es una expropiación, pero es una posible solución. Hay soluciones horribles. Hoy te quitaron un 30% y nadie pidió permiso. Lo hizo el mercado solo.
- ¿Siente que se saneó una parte de la economía al achicar el déficit fiscal?
- En ese sentido yo soy optimista, a menos que lo arruine el gobierno que venga. Es posible que se termine de sanear esa parte. Si esto se da como te mencionaba recién, Alberto asume sin un problema grande que es la deuda interna en pesos. Con un déficit primario equilibrado y con un acuerdo con el Fondo que se puede renegociar a largo plazo a cambio de reformas estructurales. Todo es factible.
- ¿Puede ser que a Macri le esté tocando jugar el rol de Remes Lenicov, de soportar el ajuste, y que otro pueda levantar los frutos?
- No sé, yo lo vi a Macri muy desorientado hoy. Como que las cosas le están pasando. Se mandaron una jugarreta el viernes de hacer subir las acciones antes de las PASO para demostrar que estaba todo bien y se les cayó todo. La semana pasada estuvieron vendiendo dólares futuro a lo loco, baratos, y ahora el dólar está subiendo y el Banco Central va a haber que emitir para poder pagar eso. Va a haber que emitir para pagar eso. Es una deuda que vamos a tener que pagar todos con más emisión.
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- Usted denunció la suba de acciones el propio viernes.
- Me pareció extraño que las acciones suban dos dígitos y el dólar se quede congelado y los títulos de deuda externa se queden congelados también. Es como que me digas que las papas suben de precio y las batatas se caen. Es algo raro. Mi instinto de economista me dijo que había algo raro.
- Como liberal, lo decepcionó la mala elección de José Espert el otro día.
- Los votantes castigaron a Macri y a Macri lo asocian con la economía de mercado. Lo cual es ridículo, porque Macri es un populista que nos endeudó hasta la cabeza para mantener el populismo. Y a Espert, que es el representante básico del verdadero ajuste económico, lo castigaron también. La población, lastimada con la economía, castigó a los dos que asocian con el ajuste. Si uno se fija, Lavagna sacó los votos que se esperaba que saque. Y el voto de Lavagna es un voto de regalar plata. Es desarrollismo latinoamericano de hace cuarenta años. Es dar subsidios. Y acá queremos cualquiera que nos multiplique los panes.
JPA EA