La fuerte suba de precios que se observó en productos de primera necesidad durante marzo, y especialmente a partir de la cuarentena decretada por el coronavirus, determinó que la canasta básica alimentaria creciera 3,4%, algo más que la canasta total, la cual incluye tarifas que estuvieron congeladas y que tuvo un aumento mensual del 3%, en un mes donde la inflación se ubicó en el 3,3 por ciento.
Así lo detalla el informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) difundido esta tarde, en el cual se consigna que para una familia tipo el ingreso necesario para cubrir la canasta total y no caer en la pobreza en marzo ascendió a $ 41.994, mientras que la alimentaria, que mide la línea de indigencia, se ubicó en $ 17.353 pesos. El ingreso familiar de emergencia otorgado para hacer frente a la pérdida salarial por el aislamiento social obligatorio es de $ 10 mil.
Los números demuestran la situación del país en los últimos doce meses. La canasta total de marzo del año pasado para una familia tipo se ubicó en 28.750 pesos y la alimentaria en $ 11.640 pesos.
En porcentajes, la canasta alimentaria registra en el año una suba del 11,4% y en 12 meses un 49,1%, mientras que la total trepó un 7,8% y un 46,1% en un año.
De todas formas, es indudable la aceleración de precios en marzo, sobre todo los alimentos y los productos de higiene, que golpearon muy fuerte al bolsillo y que determinaron una cierta diferencia mayor con relación a la canasta total, donde sus bases se basan en las tarifas, las cuales están congeladas.
Incluso sorprende si se observa que en febrero de este año la canasta alimentaria había aumentado en forma interanual del 1,9%, y la total del 1,1 por ciento.
De todas formas, diversos analistas coinciden en que la inflación de abril se ubicará en niveles inferiores al mes de marzo y se estima que los productos de primera necesidad van a mostrar un nivel de aumento más acotado, debido por un lado a mayores controles por parte del Gobierno y por otro, a un abastecimiento que resultó más normal.
F.N.