En medio de una campaña electoral sumamente adversa y con varios frentes abiertos, al Gobierno se le empieza a restringir el tiempo para cerrar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y por eso el ministro de Economía Martín Guzmán viajará en dos semanas a Washington para participar de una nueva asamblea del organismo.
Fuentes del Gobierno aseguraron que este próximo viaje de Guzmán será crucial para avanzar más en las negociaciones que conduzcan a un nuevo acuerdo con el organismo multilateral, después de casi dos años de gestión del presidente Alberto Fernández, donde este punto central aún está sin resolución y los tiempos se acortan cada vez más.
El ministro viajará acompañado por una reducida comitiva de tres funcionarios, ya que en este caso la Asamblea se desarrollará en forma presencial y virtual, para evitar la concentración de personas debido a la pandemia.
“Es factible que haya avances en estas conversaciones que vamos a mantener”, resumió una fuente de Gobierno, quien admitió que el objetivo central es tener un nuevo acuerdo antes de fin de año.
El objetivo del gabinete económico es mostrar al FMI un camino de importante reducción del déficit fiscal a partir del próximo año. Para ello se utilizó el mismo artilugio que en 2021, es decir, sobredimensionar la pauta de desequilibrio y luego, por medio del ahorro de partidas contra el Covid-19 que ya no estarán más, una subejecución y la reducción de subsidios, lo que implicaría en conjunto una reducción más importante del déficit.
Presupuesto. El déficit para el próximo año está calculado en 3,3%, pero hay confianza en los funcionarios del gabinete económico de poder mostrar ante el FMI una reducción más importante en función de esta última estrategia y así lograr un “guiño” del organismo.
De todas formas, en el Gobierno admiten que el punto de desconfianza entre los funcionarios del FMI será el grado de cumplimiento de esa estrategia fiscal debido a las presiones políticas cada vez más marcadas que tiene Guzmán sobre sus espaldas.
De hecho, tras la derrota electoral en los comicios primarios de septiembre, en estas últimas semanas se han implementado varias medidas económicas que tienen un costo fiscal que oscila entre el 0,5 % del PBI y que quedará como gasto adicional para el próximo año.
Apuntados. Hay un aspecto superior que le empieza a marcar cada vez más el camino al ministro de Economía en esta negociación: el “fuego amigo” del ala dura del oficialismo que presiona en forma constante sobre las posturas de política económica de Guzmán. Mientras tanto, la negociación con el FMI también sufre de “fuego externo”, por la complicada situación que se le ha presentado a Kristalina Georgieva, titular del organismo, que empieza a ser investigada por su gestión en el Banco Mundial, acuasada de haber “operado” en favor de China.
El viaje de Guzmán será crucial para avanzar en las negociaciones
Incluso, en estos últimos días, se supo que un grupo de legisladores de Estados Unidos presionarán para que se pida algún tipo de medidas con relación a Georgieva, lo cual complicaría mucho más el panorama para Argentina.
Contactos. Guzmán asumió como ministro de Economía en diciembre de 2019 por recomendación de Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía. Fue discípulo suyo en la Universidad de Columbia y cuenta con un excelente diálogo y entendimiento ideológico con Georgieva.
Pero además, Stiglitz recibió el Premio Nobel de Economía junto a su colega George Akerlof, quien es esposo de Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos.
En definitiva, todos estos nombres forman parte de la “considerable llave de contactos que posee Guzmán en Estados Unidos”, una agenda que comienza a resquebrajarse debido a los cuestionamientos a Georgieva en Washington, circunstancia que se suma a la debilidad del propio Guzmán dentro del gabinete.