Destinarlo a los gastos diarios, pagar deudas, comprar ropa, cambiar el celular o darse un mínimo gusto es lo que piensan hacer los argentinos con el aguinaldo de junio. Por la inflación y la crisis son pocos los que pueden ahorrar o invertir el dinero en un viaje o en una compra grande, como un electrodoméstico.
“Antes usaba el aguinaldo para cosas extra como ahorrar para un viaje”, comentó a PERFIL Cristina García (64), que está jubilada. “Ahora, el sueldo complementario se diluye en los gastos diarios, hay que sumarlo a esos gastos, porque no da para más”, aseguró.
Agregó que “la otra opción sería usarlo para una salida un fin de semana, darse un gusto”, o emplearlo para “comprar indumentaria”, uno de los artículos que más creció a nivel inflación, según los últimos datos del Indec. La ropa subió un 10,8% en abril, por encima del 8,4% general.
“Antes me alcanzaba para cambiar la heladera, comprar un electrodoméstico”, comentó García. “No sé si ahora llego a una batidora o una minipimer”. El mínimo de los precios de esos productos es de $ 6 mil para el caso de una batidora de mano, y una minipimer arranca en los $ 12 mil.
Otra alternativa que los argentinos ven en el aguinaldo es pagar deudas y ver qué se hace con lo que resta. Delfina Cagnoli (24) vive junto a su hijo de un año y su pareja en un departamento alquilado. Ella trabaja en un comercio y su esposo en una empresa de construcción. “Vamos a usar el dinero para pagar algunas cuentas de las tarjetas, y en lo posible, poder invertir en algo de ropa para poder revender y seguir teniendo ingresos extra”, explicó.
El negocio de la ropa ya era algo que la familia hacía, pero que tuvo que dejar para poder mudarse y pagar el depósito de ingreso. “El alquiler aumenta cada año y el mes pasado empezamos a pagar el doble de lo que veníamos pagando”, detalló.
“La idea es volver con la ropa, porque dentro de todo nos iba bien. Aunque sea con lo mínimo, pero volver”, comentó Cagnoli. “Para poder aumentar las ventas a los clientes conocidos les damos a pagar la ropa en cuotas”, concluyó.
Ignacio Iturrioz (24) es profesor de Geografía, y consiguió su primer empleo hace unos meses. “Trabajo pocas horas, así que mi aguinaldo no va a ser muy significativo”, aseguró. Sin embargo, hizo algunos planes. “Voy a usar el dinero para comprar ropa o tal vez para cambiar el celular, algo que vengo postergando”.
En su caso son pocos los gastos fijos. “Mi situación no es complicada porque vivo con mis padres, así que no tengo los gastos de mantenimiento que pueden tener otras personas”, agregó. “Por eso puedo usar el aguinaldo como una persona joven que todavía vive con sus padres”.
Algunos jóvenes, como él, deciden usar los ingresos para ayudar con los gastos de la casa. “Será para salir, hacer algo, comprarme alguna cosa, gastarla en lo que antes me daban mis padres para eso”, explicó.
Pero, cuando hay una familia de por medio, las cosas son diferentes. Edilia Medina (40) es venezolana y debido a la situación de su país decidió emigrar a Argentina con su esposo y sus dos hijos. Con el aguinaldo piensa adelantar cuotas de un plan de ahorro que la familia viene pagando para poder tener un auto y, “si queda algo, ahorrar”.
Medina trabaja como docente y en el cuidado de adultos mayores, y su marido es mecánico de maquinaria pesada. También hace trabajos de delivery para incrementar los ingresos familiares.
Como en su caso, la mayoría de las familias buscan complementar el trabajo fijo con alguna otra actividad. Pero algunos de esos ingresos, al no estar registrados, tampoco serán contados para el sueldo anual complementario.
“Somos extranjeros, vivimos acá hace cinco años, y recién nos sentimos medianamente estables. Entendemos que la situación está complicada, pero tenemos esperanza en este país”, sintetizó.
