El vencimiento este martes de bonos soberanos en pesos por casi 30.000 millones de dólares mantiene en vilo a la economía argentina, ante el temor de que los inversores decidan no renovarlos y opten por comprar divisas.
En medio de la tensión financiera, la cotización del dólar cerró el lunes en un nuevo nivel récord de 25,30 pesos, según la cotización del Banco Nación, un 4,11 por ciento por encima del valor del viernes. Desde principios de abril, el peso se devaluó un 23,6 por ciento frente a la divisa estadounidense.
En este contexto, el Gobierno de Mauricio Macri afrontará este martes una prueba de fuego ya que en medio de negociaciones de asistencia financiera del Fondo Monetario Internacional (FMI) no logró aún recuperar la confianza de los mercados. El vencimiento de Lebacs asciende a unos $ 645.000 millones (poco más de US$ 27.200 millones), cerca de dos tercios de la base monetaria del país.
El BCRA, que hace diez días subió las tasas de interés de referencia a 40% para aplacar la crisis cambiaria, apuesta a que la mayoría de los inversores renueve las Lebacs que fueron emitidas a un rendimiento del 26,30%. No se informó, sin embargo, qué nueva tasa de interés se ofrecerá para retener los fondos.
Parte de los Lebacs están en poder de bancos e inversores institucionales. El Gobierno apuesta a que renueve cerca del 80% de las letras, para evitar que muchos inversores salgan de la posición y demanden dólares para proteger sus capitales. La principal preocupación oficial es frenar la escalada del dólar para evitar que la subida se traslade a los precios internos por los aumentos de materias primas y el combustible, entre otros componentes, e incremente la inflación.
¿Qué son las Lebac?
Las Lebac (letras del Banco Central) son bonos en pesos que emite mensualmente el BCRA para financiarse a corto plazo y que el inversor puede vender en el mercado secundario. Se colocan por licitación y la cantidad de oferentes determina el nivel de tasas. En la última colocación, en abril, la tasa a 36 días fue de 38% anual. El stock de Lebac a abril pasado era de 1,2 billones de pesos, un 66% más que en abril de 2017. Al vencimiento el inversor recibe el capital más el interés pactado.
¿Quiénes son sus tenedores?
Inversores medianos y grandes de Argentina y el exterior. Según estimaciones de mercado, un 60% de las Lebac que vencen el martes están en manos de bancos oficiales y privados, el resto en poder de ahorristas y fondos de inversión, la mayoría extranjeros. Las altas tasas que ofrece el Banco Central han sido un aliciente para los inversores. En el mercado secundario las Lebac a junio pagaban el viernes último un rendimiento de más de 40% anual.
¿Para qué sirven?
Son un instrumento de política monetaria para absorber pesos del mercado y contribuir al control de la inflación. También son un instrumento para influir sobre el mercado de cambios.
¿Cuál es el riesgo para Argentina?
La eliminación de restricciones al ingreso y salida de capitales que dispuso Mauricio Macri tras asumir la presidencia en diciembre de 2015 facilitó la operatoria especulativa llamada 'carry trade' en el mercado internacional y 'bicicleta financiera' en Argentina. Consiste en tomar préstamos a baja tasa en el mercado internacional, prestarle ese dinero al BCRA con tasas mucho más altas y al vencimiento usar los pesos para recomprar dólares.
También resultó un excelente negocio para inversores locales por su bajo riesgo y alto rendimiento. Cuando el inversor decide retirarse del negocio busca convertir su ganancia a una moneda fuerte, el dólar, ya sea para irse de la plaza argentina o para resguardarse de la inflación, calculada por el gobierno en 15% para 2018, pero por encima de 19% por el FMI y en 25% por analistas locales.
Bomba de bonos
El vencimiento de este martes es el equivalente a casi el 60% del stock total del Lebac. El BCRA recompró títulos en el mercado secundario para achicar el vencimiento, aún pagando tasas altísimas. Los inversores dan por hecho que el Central pactará tasas más altas en la nueva licitación del martes para evitar que todo esos pesos alimenten aún más una corrida cambiaria que sigue sin freno.