ECONOMIA
ESTE JUEVES, ASAMBLEA DE ACCIONISTAS CLAVE

Herencia y shock global amenazan a YPF

Tras cuatro años de inversiones y producción en caída durante la gestión del macrismo, la nueva conducción intenta sostener la producción y pagar las deudas en un contexto de derrumbe de precios internacionales inédito.

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Vaca muerta. El yacimiento no convencional de Neuquén, motor de la petrolera YPF. | cedoc

Con la pandemia del coronavirus y la cuarentena de fondo, este jueves será un día clave para la petrolera estatal YPF. A distancia y por videoconferencia, se llevará a cabo la asamblea de accionistas, que esta vez deberá definir cuestiones cruciales, como por ejemplo, aprobar los resultados del último ejercicio –que terminó el 31 de diciembre– y, además de las cuestiones burocráticas ligadas al directorio que encabeza con perfil ultrabajo Guillermo Nielsen, discutir los lineamientos de gestión en un contexto signado por una caída de la demanda y los precios que no halla precedentes.

Es que la crisis global que está afectando a todas las compañías energéticas del mundo golpea más a YPF, que, al igual que el país, viene de cuatro años de retrocesos bajo el mando de Miguel Gutiérrez, quien dejó su cargo el 13 de diciembre.

En línea con las políticas que indicaba la administración de Mauricio Macri a través primero del ministro de Energía, Juan José Aranguren, y luego de sus sucesores, la compañía insignia del sector petrolero se vio relegada y terminó con números preocupantes entre 2015 y 2018, últimos datos oficiales disponibles, con una caída en la producción de petróleo del 10%, del 5% en gas natural y de más del 40% en los niveles de inversión.

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El consenso del mercado es que hubo un combo letal: mala administración del management, que también contaba con el ex gerente financiero Daniel González, que terminó como CEO; una política macroeconómica que terminó disparando el dólar sin permitir compensar el alza en los surtidores; y la decisión de aplicar subsidios a la producción de gas que favorecieron más a Techint que a la propia empresa del Estado, como fue el caso de la Resolución 46. “YPF debía participar como una empresa más”, suele decir el ex ministro Aranguren.

Con esa herencia, en la asamblea se espera que haya algunos lineamientos de cómo terminará siendo conformado el equipo de Nielsen, para encarar un momento histórico desde la compañía que hasta ahora lideraba el sueño de aumentar la producción no convencional en Vaca Muerta y también la venta de naftas, con más del 55% del share del mercado minorista. Ya hubo modificaciones en el directorio: ingresaron a la comisión fiscalizadora Héctor Recalde, Celso Jaque y Ramiro Manzanal hasta la elección de nuevos directores en esta asamblea.

Los desafíos para la gestión de Nielsen son enormes. El mundo se sacude ante una inédita situación, donde el crudo llegó a estar esta semana en valores negativos, al menos en el barril de referencia en Estados Unidos, el WTI. El dilema es que por la recesión no hay donde más guardar petróleo y se paga por almacenamiento. El Brent, la variante de referencia en el país, también tocó mínimos desde 1999, y pone en jaque la situación actual de las provincias y empresas petroleras, donde ya más de 60 mil trabajadores aceptarían una rebaja salarial, a la espera de un acuerdo que sostenga un precio diferencial del petróleo en el país, y en el fondo, también ayude a YPF.

Con una capitalización bursátil de US$ 1.300 millones según sus acciones en Wall Street, la pregunta que se abre post pandemia es cómo hará a la vez para sostener inversiones que puedan producir más en Vaca Muerta, con una empresa que consiga pagar sus deudas, si la demanda no repunta y la macro de Argentina conspira contra cualquier plan de mediano plazo.