Un informe de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (CREA) asegura que la magra cosecha de trigo 2012/13 se limitó a 3,6 millones de hectáreas contra las entre 5 y 6 millones que se venían implantando en los años previos a la intervención del Gobierno en los mercados. “La pregunta del millón sigue siendo si alcanzan las existencias actuales para abastecer el consumo interno hasta que ingrese la nueva cosecha”, explica un informe de Globaltecnos para CREA, que especifica que se pueden deducir algunas variables.
La producción de trigo 2012/13 habría sido de 9,1 millones de toneladas según el Minagri y de 9,6 millones según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Este volumen permitiría contar con un pequeño saldo excedente, de 715 mil a 1.230.000 toneladas según fuente, luego de abastecer el consumo interno y las exportaciones, antes del ingreso de la próxima cosecha.
El problema se agrava porque, además de haberse obtenido una magra producción, la calidad resultó baja. Hay muchas partidas fuera de estándar, sobre todo en Entre Ríos, sur de Santa Fe y norte, centro y sudoeste de Buenos Aires. Presentan grano de bajo peso hectolítrico y otros problemas, lo cual determina que no todo el trigo existente sea apto para molinería. También hay que considerar los lotes con alta presencia de fusarium, que no se podrán usar por no ser aptos para el consumo humano.
No obstante, es muy poco probable que haya en el mercado una cantidad suficiente de trigo de alta calidad para mezclar con el que se encuentra fuera de estándar.
Por otra parte, no se puede acusar a los productores de especular. Ningún buen empresario agrícola se quedaría con trigo pudiendo comercializarlo hoy a un valor equivalente al doble de lo que se ofrece para fin de 2013 (ver recuadro).
El gran desafío para la cadena triguera es llegar a la nueva cosecha.
A fines de octubre se podría contar con los primeros lotes del norte del territorio, y algunos días antes se podría conseguir mercadería en Paraguay.