Haber formado parte de la gestión económica que derivó en la peor crisis desde 2001 puede no ser la medalla más valiosa. Pero a algunos de los ex funcionarios de Cambiemos que salieron eyectados del Ministerio de Hacienda y del Banco Central con las corridas cambiarias de 2018 la experiencia les valió para reposicionarse en la vida académica, donde consiguieron “ascensos”.
El caso más reciente es el del ex vicepresidente del Banco Central durante la gestión de Federico Sturzenegger, Demian Reidel, que esta semana fue nombrado como investigador en la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard.
Sebastián Galiani –ex número 2 de Nicolás Dujovne en Hacienda– también investiga y da clases en la Universidad de Maryland, donde presentó un trabajo sobre Propaganda populista con menciones a 6-7-8. También el ex subsecretario de Programación Económica, Luciano Cohan, anunció que pasará a dar clases en la Universidad Di Tella.
Recién aterrizado en Londres, adonde viajó de vacaciones junto a su hijo, Galiani habló con PERFIL. “El presidente Macri será el primer presidente no peronista que no solo terminará su mandato desde 1928, sino que continuará otro período. Y será la primera vez que un presidente sanea la economía argentina. El problema es que la discusión mediática parte del supuesto de que lo que heredó este gobierno se podía arreglar rápidamente”, aseguró.
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Populismo. En Maryland, Galiani es profesor en el departamento de economía, con un cargo de por vida. Ahora dicta un curso de desarrollo económico, aunque suele dar otras materias, como economía de la salud. Pero principalmente se dedica a investigar. En un trabajo sobre Propaganda populista estudió “la campaña sucia que hizo el equipo de Scioli en el ballottage de 2015”.
El ex secretario había dejado a su familia en Estados Unidos para asumir con Dujovne en 2017. Su estadía no sería prolongada. Anunció que dejaba el cargo en abril de 2018, cuando empezaban las tormentas financieras y, finalmente, se fue en agosto.
Reidel, por su parte, fue recibido en el Banco Central como una suerte de estrella financiera. Con antecedentes científicos –estudió física en el Instituto Balseiro– había triunfado en Wall Street con un fondo de cobertura. Y cuando regresó al país tuvo la tarea de orquestar la salida del cepo cambiario, una de las promesas de la campaña de Macri. Se despidió en junio del año pasado, con la renuncia de Sturzenegger.
En el medio, tuvo un romance mediático y dio una charla TED –en camperita y zapatillas gastadas– en la que “defenestró” la utilización de dinero en efectivo. Ahora en Harvard, está en un lugar codiciado: es investigador senior del Centro Mossavar-Rahmani de Negocios y Gobierno de la Escuela John F. Kennedy. Es el único argentino del equipo dirigido por el ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Larry Summers.
Todavía lejos de ese glamour, Cohan abandonó el sector público en junio del año pasado, en plena crisis, para volver a la consultora Elypsis, de Eduardo Levy Yeyati. Este ciclo lectivo abandonará la UBA para pasar a la Universidad Di Tella, máxima aportante de cuadros económicos del macrismo.
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Mea culpa. Con actividad intensa en Twitter, donde no se priva de los memes y las chicanas, Cohan ensayó una suerte de autocrítica el 12 de enero último. “Soy de los que creen que podías hacer algo más, pero no mucho más. Una imagen a un mes del triunfo electoral”, escribió, y acompañó el posteo con la foto del manifestante que agredió a la Policía con un mortero improvisado en medio de las protestas por la reforma previsional de 2017.
Los tres economistas tienen un referente en eso de “dar cátedra” después de haber estado dentro de una crisis de magnitud. Es Domingo Cavallo, quien consiguió que le dieran asilo en Harvard tras la hecatombe de 2001.
La culpa es de los ‘shocks’
El ex secretario de Política Económica del Ministerio de Hacienda, Sebastián Galiani apeló a los principales ejes discursivos de Cambiemos para analizar la crisis que se desató el año pasado: el exceso de optimismo, la herencia y el “pasaron cosas”.
“El Gobierno apostó por una estrategia que con cierta probabilidad podía llevarnos por un camino menos costoso. Pero en el camino pasaron cosas que podían pasar, pero que no eran seguras. Si no se daban los shocks que tuvimos durante 2018, hubiésemos tenido tres años de crecimiento y baja inflación”, sostuvo en diálogo con PERFIL. Y agregó: “El problema es que la discusión mediática parte del supuesto de que lo que heredó este gobierno se podía arreglar rápidamente”.
Para Galiani, el “error”, fue ser tan optimistas en el comienzo de la gestión con respecto a la inflación: “Habría que haber sido cautos en ese sentido”.