Uno de los intendentes del conurbano bonaerense hace un relevamiento diario de los centros de salud locales. Hasta ahora asegura que todas las consultas por síntomas relacionados con el coronavirus son de vecinos de clase media y clase media alta. En la última semana 257 vecinos de su distrito regresaron al país del exterior y muchos más lo hicieron en la semana previa a la firma del decreto del aislamiento social, preventivo y obligatorio. De ellos, a algunos ya les detectaron el virus, pero asegura que aún la pandemia no llegó a los barrios más carenciados. ¿Cuándo llegará a las zonas más vulnerables y populosas? Este y el resto de los jefes comunales creen que en diez días ya podrían tener afectados en las áreas más pobres que no solo van a sufrir la enfermedad si no también las consecuencias del freno en la economía, lo que está llevando a los intendentes a prepararse para una fuerte crisis de seis meses.
El número es aún más preocupante en La Matanza. De 3.133 domicilios controlados por tener familias que llegaron del exterior el municipio encontró que en 1.461 no cumplieron con la cuarentena obligatoria. En este distrito hay 2.056 camas de internación y 550 de terapia intensiva. Pero no alcanzan. El municipio gobernado por Fernando Espinoza está acondicionando clubes y sindicatos en los que instalarán cuatro mil camas de aislamiento.
Con más de un millón de habitantes, solo La Matanza (el distrito más populoso del país) contiene al 11% de los ciudadanos bonaerenses. En los 24 distritos del Conurbano, incluido este distrito, viven 11 millones de personas (el 66% del total de la población de toda la provincia de Buenos Aires). Allí está el mayor foco de preocupación ante el avance de la pandemia, sobre todo en los barrios más pobres que sufren el hacinamiento, la falta de servicios básicos y sus habitantes no llegan a tener las necesidades básicas satisfechas. Por eso, para estos sectores la consigna ya no es “Quedate en tu casa”, sino que es “Quedate en tu barrio”. Los intendentes les explicaron a los funcionarios nacionales que no pueden contener dentro de una habitación a familias enteras que viven bajo los índices de pobreza.
En su totalidad, van a aportar más de 6 mil camas por fuera del sistema hospitalario. Son plazas de aislamiento para futuros contagiados que no necesite una atención en terapia. Esteban Echeverría, Hurlingham, Lomas de Zamora, Almirante Brown, General San Martín, Quilmes, Lanús, Tigre y Vicente López ya garantizaron entre 200 y 300 plazas por distritos. Quien ordene la ocupación de estos espacios será el Ministerio de Salud de la Nación de acuerdo a las necesidades que surjan en las próximas semanas.
Extendida. El Conurbano ya comenzó a sentir el freno de la actividad económica de los sectores informales. Los intendentes registraron en las últimas semanas un aumento de la demanda de comida de entre un 20 y un 30%. Pero esto es solo el comienzo. En varios distritos reforzaron la compra de alimentos en grandes cantidades previendo que la crisis económica se incrementará y durará, por lo menos, seis meses hasta que sus habitantes puedan recuperar el poder de compra de mercadería.
El Ministerio de Desarrollo Social entregó entre 6 y 10 millones de pesos por distrito para la compra de alimentos. Son 300 millones de pesos que el gobierno nacional está dispuesto a renovar cuando la cuarentena deba extenderse. Los bonos ya otorgados volverían a darse y se está buscando la manera de llegar a los ciudadanos que no acceden hoy al sistema bancario. Una de las posibilidades es utilizar las oficinas de correo para retirar un código que le permita retirar plata de los cajeros.
“Esta semana nos tenemos que garantizar que la comida y la plata lleguen a la gente, la próxima ya nos vamos a tener que ocupar de los enfermos”, dice uno de los intendentes peronistas. También se preparan para lo peor: muchos ya firmaron los expedientes para la compra de bolsas para morgues y reservaron turnos en los crematorios locales.