ECONOMIA
Consumo en crisis

Massa le dio otro alivio a la clase media, pero los bancos le dejaron una lista de reclamos

Argentina tiene una oferta financiera 7 veces menor al promedio regional. Pero los bancos no prestarán más sin orden macroeconómico. El ministro hace equilibrio entre el poder adquisitivo y la inflación para enfrentar la agenda electoral.

Sergio Massa Anuncio de financiamiento para pymes 20230522
Anuncio de financiamiento por US$ 130 millones para pymes. | Ministerio de Economía

Los banqueros le llevaron a Sergio Massa un plan para aumentar el nivel crediticio en el país, de manera de agrandar la torta del consumo a través del financiamiento bancario. La propuesta fue recibida con alivio, porque el impacto de la inflación en el achicamiento del poder adquisitivo de los trabajadores había comenzado a visualizarse en el consumo, con una baja en las ventas y caída en la producción, principalmente de las pymes. Pero no todo fueron elogios: si los problemas macroeconómicos no se solucionan, es imposible que la oferta se universalice ante los riesgos crediticios de una economía alterada.

Palabras más, palabras menos, los dueños de los bancos nacionales que se reunieron con Massa en el Palacio de Hacienda le plantearon “la necesidad de que las autoridades y los integrantes de las distintas fuerzas políticas, cada uno según sus roles y funciones, lleven adelante las acciones necesarias para lograr un ordenamiento macroeconómico que conduzca hacia una reducción sostenida de la inflación”. Así lo retrataron a PERFIL fuentes que participaron del encuentro que se realizó en el Salón Belgrano del quinto piso del Palacio de Hacienda.

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Hubo un paper de trabajo que circuló sin el chequeo final. Tenía el objetivo de convertirse en un comunicado conjunto de las dos entidades que participaron en el acuerdo: la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA) y la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA). Allí el reproche apuntó contra la intervención del Estado: “También se requieren modificaciones al marco normativo a fin de promover la intermediación eficiente y sin distorsiones de los recursos de la economía, en particular lo vinculado a la fijación de tasas mínimas. Esto también contribuirá a mejorar las condiciones de financiación e empresas y personas”. Esa parte quedó, incluso, fuera del off the record, pero algunos socios de ABAPPRA permitieron la filtración.

El mercado financiero argentino, flojo de crédito

Los bancos que operan en la Argentina viene planteando la necesidad de aumentar la participación de la población en el uso de tarjetas de crédito. La comparación con otros países es lapidaria. El financiamiento bancario local alcanza alrededor el 8% en relación con el Producto Bruto Interno de la Argentina; mientras que en el resto de la región ese porcentaje está más cerca del 55%. “Necesitamos bancarizar más al país y para eso debe haber una decisión política de achicar la presión impositiva a largo plazo, pero se debe complementar con una estabilidad de la moneda”, aseguró, fuera de micrófono, una fuente del sector.

Según información del sector bancario, a la que accedió PERFIL, Perú y Colombia tienen una relación crédito al sector privado/PBI del 55%, que tuvo como piso el 22% en el 2000. Por ese entonces, Brasil estaba en el orden del 31% del financiamiento y el crecimiento exponencial de su economía lo llevó al pico del 70%, siendo el más vigoroso en ese rubro. Mientras que Paraguay, que registraba también un 22% hace 23 años atrás, logró expandir el crédito casi al 50%, a pesar de una caída entre 2004 y 2007. La única contracara fue la Argentina, que arrancó con un 23% en 2000, se hundió en torno al 10% desde 2003 y descendió al 8% en este año.

Cuánto aumentará el límite para compras con tarjeta de crédito

Algunos datos del sistema bancario que Adeba llevó a la reunión con Massa fueron explícitos: la cantidad de tarjeta de crédito que existe en el país son ​39 millones de plásticos, cuya financiación total contempla​​​​ $ 2.500 miles de millones. Mientras que la financiación total adelanto en cuenta corriente de $​ 1.000 miles de millones. Nada de eso es atractivo para un sistema que tiene capacidad de multiplicar por seis para adaptarse al ritmo de la región, pero el impedimento, según los banqueros, es la inestabilidad de la moneda local, debido a los desajustes de la macroeconomía.

La suba de los límites no es universal

Según el acuerdo al que arribaron los bancos, esos montos se extienden ​30% para compras en cuotas de tarjetas de crédito; ​25% para compras con tarjetas de crédito en un pago; y ​25% para limites en los adelantos en cuenta corriente a MiPymes. “Por cada $ 10.000 de disponibles en un pago, se sumarán $ 3.000. En esta línea, si una familia contaba con $ 50.000 de crédito en su tarjeta, ahora tendrá $ 65.000. Por este motivo, estos aumentos les permitirán a las familias acceder a más bienes con el plan Ahora 12”, destacó Massa en el encuentro.

Sin embargo, los bancos aclararon que ese aumento no será linealmente aplicado. Sucede que todos los beneficiarios deberán pasar por el scoring financiero para calificar en el reajuste, lo que implica que habrá una porción de usuarios de tarjetas de crédito que estarán por afuera de la mejora de las condiciones de consumo. Massa pidió poner la lupa sobre ese universo de personas para ayudar a “aquellos que están comprimidos y con poca capacidad de endeudarse”, y señaló que representa al 10% de los usuarios. Los bancos le respondieron que no podrán prestar de manera irresponsable, aunque admitieron, también, que el nivel de mora en el pago “sigue siendo muy chico”.

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A pesar de las recetas cruzadas y de los reclamos, Massa tomó a la propuesta como un guiño que el sector de los bancos de capital nacional le hizo a su gestión. La iniciativa le sirve como alivio para la clase media, que es la poseedora de tarjetas de crédito y que tiene capacidad de endeudamiento, por encima de la oferta que le daba hasta el momento el circuito financiero. El acto de este lunes no implicó ninguna regulación nueva, ni siquiera la intervención estatal, porque se trata de una acción propia de los privados. “No hay ninguna obligación de nadie. Se trató de una coincidencia de necesidades”, le dijo a PERFIL uno de los banqueros presentes.

El temor del ministro es que una caída del consumo, con su efecto inmediato en la producción y el empleo, se convalide justo a la entrada de la definición de las candidaturas nacionales. Massa tiene todavía esperanzas de jugar sus chances presidenciales y más preocupado que el índice de inflación lo tiene el poder adquisitivo de la población. Si el salario les gana a las remarcaciones, el problema es menor en las urnas, razonan en distintos despachos oficiales. En ese sentido, el presidente de la Cámara Argentina de la Industria Óptica y Afines (CADIOA), Norberto Fermani, sentenció: "La población en general no quiere endeudarse, porque tiene aversión al riesgo; y, si a esto le sumamos que los límites de tarjeta de crédito no permitían ningún tipo de posibilidad de financiar una compra, esto nos marca perfectamente cuál es el problema que tenemos de consumo”.

AM / ED