Con el frente local bastante comprometido por la histórica sequía que ya impacta sobre las reservas del Banco Central y el dato de inflación de febrero, este lunes trascendieron versiones de que en el Palacio de Hacienda se consideraba la idea de implementar un desdoblamiento cambiario, con un dólar oficial y uno libre que, a diferencia del CCL, se ocuparía para cualquier tipo de servicio.
Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero, se mostró favorable al desdoblamiento cambiario como opción: “Yo creo que la Argentina necesita dólares, no se puede estar siempre contando las reservas”, respondió al ser consultado por PERFIL sobre este tema.
Y agregó: “El Gobierno ha hecho un buen trabajo en acumular reservas producto de un sinceramiento cambiario con algunos sectores de la economía y considero que va a ser productivo sintetizar el desdoblamiento que ayudaría a aumentar las reservas y, por otro lado; hacerlas valer un poco más”, agregó una de las voces más escuchadas en el quinto piso del Ministerio de Economía.
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“Hoy los importadores están comprando dólares que no son los dólares que recibe el Banco Central, porque son más baratos, y esa brecha es la que hay que achicar. Así que sí, lo veo positivo”, sentenció en declaraciones a este medio.
Cabe destacar que desde el Palacio de Hacienda descartaron que esa idea esté rondando por la cabeza del titular, Sergio Massa, sin embargo, las voces que lo ven necesario, como la de Timerman, proliferan ante la situación que atraviesa la economía argentina.
Posteriormente, el analista financiero analizó la crisis de liquidez presentada por algunos bancos internacionales y su impacto en la economía argentina y si bien resulta incierto predecir el alcance que tendrá, Timerman destacó algunos puntos en los que la ya frágil situación de la Argentina podría verse afectada.
¿Cómo se podría ver afectada la economía argentina?
“La crisis bancaria internacional no impactaría directamente. Sin embargo, sí existe un sentimiento de riesgo hacia los mercados emergentes que, obviamente cuando hay una crisis en el sistema financiero la gente tiene que quedarse más líquida, por ejemplo, porque no se sabe la repercusión sobre los retiros en los fondos. Eso impacta negativamente en los flujos”, señaló Timerman.
“Es una típica reacción a una crisis de liquidez de los bancos que puede contagiar a los fondos de pensión, de hecho, ya hay algunos fondos que han perdido plata con los bonos no garantizados que tenía el Credit Suisse. En estos casos se necesita mucha liquidez y mucha de esa liquidez viene de los mercados emergentes, de todo tipo de activos, y ahí le pega a la Argentina. No directamente, pero sí indirectamente”, añadió.
Los factores locales y el contexto internacional
Timerman indicó que la débil resistencia que podría mantener la Argentina frente a una crisis mundial se vería mucho más oscura por los factores locales, truncando una respuesta contundente.
“Hay menos intensión por parte de los organismos multilaterales de enfocarse en el país cuando hay una crisis sistémica. No pueden estar tan activos en atender la crisis argentina que, constantemente tiene que ser evaluada y revaluada ante los organismos que le han prestado plata, no solo el FMI, sino todos a los que se les debe”, justificó.
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“Por otra parte, hay muchas empresas argentinas que se financian en el extranjero, ya sea para exportaciones, o para crédito operativo, esto también se ve afectado. Toda la situación crediticia se vuelve más tensa, hay menos crédito en el mundo, ya que cada país trata de guardar lo más posible su liquidez. Esto impacta en los pocos créditos que las empresas argentinas reciben del extranjero”, agregó.
La aversión al riesgo
“Esa sensación de aversión al riesgo impacta en proyectos de inversión que puedan tener algunas empresas multinacionales, en proyectos de minería, en general, la Argentina recibe dólares de inversión externa y eso tiende a evaluarse con otros ojos cuando estás en el medio de una crisis”, concluyó Javier Timerman.
Cómo se puede observar, para el analista, la crisis financiera no tendría mayores implicancias sobre la economía Argentina. “Solo los primeros días del hecho se vieron afectados los activos locales, pero también todas las globales”.
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