Ningún gobierno espera, ni en sus días más pesimistas, afrontar una fase electoral con el país en recesión, el empleo cayendo, el consumo estancado y el salario real golpeado. Y ese es el contexto en el cual le toca jugar sus fichas a Cambiemos. Pero en la Casa Rosada se ilusionan con las proyecciones de economistas que ven chances de un tibio repunte entre septiembre y octubre, de la mano del dólar quieto y una inflación que baje lento, pero baje.
PERFIL consultó a cinco analistas y por consenso es posible un leve repunte en la actividad entre fines del segundo trimestre y principios del tercero, fundamentado, principalmente, en la apreciación cambiaria, el impacto de las paritarias y en una mejora de las exportaciones. En tanto, ven un impacto muy limitado de las micromedidas proconsumo de estas semanas, mientras temen que el contexto internacional juegue en contra, por Brasil y la guerra comercial.
“Vemos que puede haber una suba interanual del 0,9% en el tercer trimestre, sin recuperar los niveles previos”, afirmó la economista jefe de Fundación Capital, Irina Moroni. Asimismo, explicó que esto se debería a “salarios que podrían ganarle a la inflación a partir de septiembre, si no se da un escenario disruptivo”.
Por su parte, Miguel Zielonka, director asociado en la consultora EconViews, consideró: “Para el segundo trimestre esperamos un crecimiento de la actividad económica del 0,4%. Principalmente, influenciado por el campo. Esperamos que el tercer trimestre sea el comienzo de la recuperación y que haya un cierto impacto en la industria”.
“Si la volatilidad del tipo de cambio lo permite, no hay dolarización fuerte y la inflación se desacelera, esperamos un rebote en forma de U”, expresó Zielonka, quien, a su vez, prevé una caída del PBI para 2019 de 1,8%. Además, en línea con Moroni, señaló: “El salario real se va a recuperar un poco por las paritarias. Y la inflación va a ir bajando”.
Quien tuvo una mirada negativa sobre lo que se viene fue el rector de la Universidad Metropolitana de los Trabajadores (UMET), Nicolás Trotta. “No observamos recuperación económica. El Gobierno intenta generar una ractivación durante el proceso electoral y su única apuesta es la estabilidad cambiaria, utilizando en forma irresponsable las reservas del Banco Central”, sostuvo el economista y docente.
Recesión: cuántos años de economía estancada debió vivir un argentino de 30 años
Sin 2017. Por su parte, Federico Moll, de la consultora Ecolatina, cree que el EMAE “probablemente, ya no dé números negativos”, pero que se debe a que la base de comparación “es muy baja”. También destacó que la recuperación puede darse gracias al sector exportador, lo cual, según su óptica, “es deseable” desde el punto de vista económico. Pero también consideró que esta recuperación no tiene un impacto fuerte a los fines políticos, ya que no se ve un repunte como el de 2017, en relación a la recesión de 2016.
Los consultados evaluaron como de bajo impacto aquellas medidas anunciadas por el Gobierno para relanzar el consumo, como ser Ahora 12, Precios Esenciales, los créditos Ansés, Junio 0Km.
Melisa Sala, de la consultora LCG, puntualizó: “Va a ser algo marginal, en un contexto de incertidumbre política y de inestabilidad laboral del lado del consumidor, con baja recuperación del salario real. Dudo que esto sea reactivante. Es solamente un alivio”.
“Estas medidas buscan acompañar la tendencia de fondo. Es más una cuestión de visibilidad y de comunicación”, refirió Zielonka, en tanto.
El mundo. Este año, la conducción económica argentina se ilusionó por las previsiones de crecimiento que tenía Brasil y su posible tracción a la economía de nuestro país. Pero la tendencia cambió. Las últimas proyecciones de la OCDE auguran un 1,4% de expansión en el país vecino, es decir, 0,5 puntos porcentuales menos que en marzo. “Un Brasil, cuya recuperación se presenta cada vez más modesta, presenta una luz de alerta para las exportaciones argentinas, en particular las de origen industrial”, indicó Moroni. Moll subrayó que “lo que pase en Brasil es clave y en los últimos años fue una fuente de malas noticias”.
Por otro lado, esta semana se supo que el bono a diez años de Estados Unidos tuvo en mayo su mayor baja mensual en tres años. Y se espera que la Reserva Federal baje o mantenga su tasa. Estos datos, que en otro contexto podrían entusiasmar por un posible un flujo de fondos hacia países emergentes, generan un análisis mixto. Algunos analistas coinciden en que el beneficio “sería acotado” y señalan que este escenario solamente refleja las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.