ELOBSERVADOR
Del piquete a la insurreccion

Denuncian vínculos de grupos mapuches con las FARC

La semana pasada hubo en Chile más acciones directas de miembros vinculados a la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), sobre la cual PERFIL ya publicó una investigación. Alertan sobre su metodología y financiamiento.

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Piquete. Se incrementó la cantidad de miembros de seguridad. | Cedoc Perfil

El 30 de diciembre, PERFIL publicó un artículo en el que se daba cuenta de la polémica judicial por la liberación del activista mapuche Facundo Jones Huala, quien encabezó una serie de acciones en la provincia de Chubut, especialmente en tierras pertenecientes a la familia Benetton. El hecho, grave de por sí, no es más que la punta de un iceberg con múltiples aristas: a medida que aparecen más datos, de un lado y del otro de la cordillera, la acción de Huala y su grupo puede ser leída como el germen de una forma violenta de protestar y de hacer política. Hay datos, como que en zonas limítrofes la Gendarmería envió más personal, mientras que diputados chilenos y periodistas y productores argentinos mencionan a las FARC colombianas como parte de la financiación del grupo, que genera debate, incluso, en todo el movimiento mapuche. El desembarco de 150 gendarmes en esa zona luego del último ataque en el Maitén, en diciembre pasado (ya hubo 18 incidentes) abre interrogantes sobre una zona liberada previamente y de tráfico de armas de Argentina a Chile. Huala sería el nexo. Esta semana en Chile hubo cuatro incendios. De un lado y otro de la cordillera alertan sobre los métodos de este grupo.

Tierra y libertad. El líder mapuche Facundo Huala tiene pedido de extradición de Interpol y Chile por incendios, tenencia de armas y su paso ilegal a ese país. En esta semana llovieron datos que empiezan a explicar la acción del grupo en el sur argentino y el paso abierto a Chile por el cual la Gendarmería envió de urgencia a 150 integrantes de la fuerza local a cubrir el paso ferroviario del tren La Tronchita, que es atacado e incendiado sistemáticamente por la RAM. El triángulo de ataques se complementa con el incendio al vivero Plantas del Sur y la ocupación por parte  de los activistas de las tierras del grupo Benetton, todos en la misma zona. Luis Rastellini fue el primer damnificado por el que la Policía chubutense tuvo que abrir el caso y Nicolás del Sel, dueño del vivero, fue el último agredido, por el que la Gendarmería empezaría a montar un escudo estratégico en el sur.

Ambos hablaron con PERFIL. También lo hizo el presidente de la Sociedad Rural de Bariloche, Santiago Nazar; fuentes de la Secretaría de Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia; Jorge Nahuel, vocero de la Federación Mapuche de Neuquén; Ricardo Bustos, periodista chubutense especializado en el accionar mapuche; la oficina de prensa del gobernador de Chubut, Mario Das Neves y fuentes de la empresa Benetton. “Sus conductas ilícitas se encuadran en los delitos de atentados contra el orden público e intimidación pública”. El gobernador formuló la denuncia ante la Justicia Federal. A esto se suman los testimonios desde Chile de Angelica Tepper, presidenta de la Multigremial de la Araucanía; Mirtha Casas, asistente social de la Multigremial de Araucanía; Juan Pablo Lepin, director ejecutivo de la Multigremial de Araucanía; Diego Paulsen, diputado nacional del distrito 49 y miembro de la Comisión de Derechos Humanos y Asuntos Indígenas; Valeria Ceroti, presidenta del Movimiento de Mujeres de la Araucanía. Todos ellos son vecinos damnificados, voluntarios, periodistas, autoconvocados, empleados, empresarios de mipymes y pymes, empresarios multinacionales, funcionarios. Desde el 22 de diciembre, PERFIL ha contactado en tres oportunidades diferentes por mail y cuatro por teléfono a la RAM, según los datos disponibles, sin obtener respuesta. Los entrevistados que sí eligieron hablar señalan a las FARC en sus testimonios, coinciden en que usan armas de fuego, piedras, palos, bombas molotov, coinciden en el efecto que producen en los vecinos (miedo, terror, impotencia) y en la descripción de su accionar (similar a los carteles de Colombia y México). Dicen que hay vacíos legales y la Policía no hace lo necesario para frenarlos, que actúan violando derechos humanos con total impunidad. Cortan rutas, apedrean, azotan, golpean con palos, roban ganado, torturan, balean, matan, queman. En el recuento de las acciones reconstruidas a través de los testimonios, el listado indicaría que en el nombre de la recuperación de tierras y la resistencia para salvaguardar el agua de los ríos la RAM hace, cada vez más, lo siguiente: quemar la tierra, quemar los alimentos que nacen de la tierra, quemar los recursos para labrar la tierra, quemar materia prima, quemar manufactura, quemar bienes de capital, quemar ganado, quemar cuerpos (incluso de otros mapuches).

Ataques. En Chile esta semana, el mismo día que se cumplían cuatro años de que los activistas del lado chileno quemaron vivos al matrimonio Luchsinger-Mackay, fueron incendiados cuatro camiones. El tipo de atentado coincide con la imagen que le quedó al viverista Del Sel de Chubut cuando resumió su sensación: “Toda esta historia es una espina clavada y una herida que no cicatriza, ni rápido ni despacio. Sólo es un hilo de sangre que fluye…”.

“Hay un hostigamiento constante. En las estancias de El Maitén están viviendo situaciones horribles. Eso no tiene otro nombre que “violencia” y eso mismo está ocurriendo del lado de Chile. Y no es un vandalismo aislado, de alguien que salió drogado a hacer desastres. Lo que hacen es algo organizado, también en Chile, con armamentos pesados que también tienen acá. Es grave que la Justicia esté atrasada como para tomar el toro por las astas. Uno puede decir ‘el juez tiene una familia, casa y también corre peligro’,  es cierto; pero hay una seguridad que debe estar tomando cartas en el asunto y si está de juez está para eso. En la parte civil se vive un vacío donde el Estado no está presente”, afirmó el presidente de la Sociedad Rural de Bariloche, Santiago Nazar.

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—¿Eso plantea una situación de “pobres contra pobres”?
—Sí, sí. Pero tiene más prensa el “pobres contra ricos”. En este caso, este movimiento violento (la RAM) busca el blanco más fácil, que son los terratenientes extranjeros. Y eso es un blanco más fuerte a nivel “prensa” –dice Nazar.

—¿Buscan devastar al suelo, al pueblo?
—Todavía no fueron desenmascarados, pero en la Patagonia la mayoría de los vecinos sabe lo que está pasando. A nivel de antecedentes, durante el gobierno anterior los actos violentos circulaban con total tranquilidad. Es un tema complicado. Están aumentando su accionar y eso tiene que ver con lo que pasa en Chile. Si lo que sucede acá se llega a generalizar a otras regiones, como ocurre en Chile, podría ser devastador. Esos grupos buscan la nación de la devastación. Y la realidad es que la gente que opera termina siendo carne de batallón, tropa de relleno de otros grupos mayores”.