ELOBSERVADOR
Roma y la Expo 2030

Una Ciudad Eterna que propone reinventarse para el mundo

“Personas y territorios”: ste es el eje de la propuesta de fondo planteada por Roma para ser la sede de la Exposición Universal en agenda para finales de esta década. Un pasado con siglos a las espaldas y una mirada con el futuro como meta. No al cemento, sí a un mundo “verde”.

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Roma. Exposición Universal. | cedoc

Hace unos años el escritor catalán Eduardo Mendoza publicó una fantástica novela (La ciudad de los prodigios) que transcurre entre 1888 y 1929, cuando Barcelona fue sede de dos Exposiciones Universales. A lo largo del libro se describen el impacto y los cambios que genera una Expo. La magnitud de un evento de este tipo pone patas para arriba a la ciudad elegida para alcanzar luego, al término de las obras, un renovado perfil urbanístico.

Roma se prepara a afrontar ese torbellino. En vista de la Expo en agenda para el 2030 la capital italiana ha presentado su candidatura, tal cual hicieron también Odesa (Ucrania), Busan (Corea del Sur) y Ryad (Arabia Saudita). El nombre de la ciudad ganadora será proclamado en noviembre, en una ceremonia en la sede parisina del Bureaux International des Expositions (BIE) tras una votación de la que participan 170 países.

La ciudad está convencida de que puede ganar y que el “master plan” del proyecto, presentado por el reconocido arquitecto Carlo Ratti en un estudio de más de seiscientas páginas, no tiene rivales. 

En sus casi tres mil años de historia, Roma “ha sabido reinventarse a lo largo de los siglos”, recordó el alcalde Roberto Gualtieri durante una visita de hace unos meses a Buenos Aires en ocasión del C40, la cumbre de las ciudades más importantes del mundo, cuando presentó la candidatura romana en nuestro país. 

La última Expo se realizó en un país árabe, Dubai, y la próxima cita, en agenda para 2025, tendrá lugar en Osaka, Japón: es por lo tanto lógico que el gran evento del 2030 se lleve a cabo en un contexto europeo y mediterráneo, y en una ciudad que, desde siempre, ha sido una suerte de cruce cultural entre tres continentes. 

Sin dejar de lado a su legendario pasado, Roma sabe que tiene todo en regla para afrontar el desafío, pero al mismo tiempo no quiere organizar “cualquier” Expo: por el contrario, el objetivo es aprovechar la ocasión para impulsar el concepto y los principios del desarrollo sostenible. 

Los expertos ya han estimado el número de los visitantes que llegarán para el evento: alrededor de 23 millones de personas, una cifra descomunal para una metropolis de 2,8 millones de habitantes. Un dato que podría ser aterrador, pero que no asusta a los organizadores; por el contrario, recibir multitudes es algo que está en el ADN de esta capital. 

Desde hace tiempo Roma y el Vaticano se están preparando para otra cita multitudinaria: en 2025, la Iglesia Católica celebrará un Jubileo, acontecimiento religioso que tiene lugar cada cuarto de siglo. Según los medios locales, se espera que a lo largo de ese Año Santo lleguen a la ciudad alrededor de 35 millones de peregrinos. 

La capital italiana está por lo tanto impulsando un enfoque coordinado y sinérgico Jubileo-Expo: el objetivo es optimizar los trabajos necesarios y los recursos disponibles teniendo en cuenta tanto la envergadura de ambos retos como sus características, obviamente muy diferentes uno del otro. 

Regenerar las ciudades. La fase de la pospandemia ha demostrado que el modelo de crecimiento de las ciudades ha sido superado y que los cambios se están acelerando cada vez más. No es entonces una casualidad que el nombre elegido por los organizadores de la Expo italiana sea Personas y Territorios: Regeneración, Inclusión e Innovación.

En 2050 gran parte de la población mundial estará viviendo en ciudades o en megalópolis. La relación población-urbe se tensa cada día más, lo que impone a su vez un modelo de crecimiento inclusivo y circular. Frente a esta situación, está claro que los grandes conglomerados urbanos de hoy día deben aprender a regenerarse.  

El desarrollo sostenible es a su vez fundamental en la durísima batalla por una transición energética impostergable y que ponga freno a los violentos cambios climáticos de estos últimos años. Esta semana Italia anunció una noticia importante precisamente en este frente: el país podría cerrar muy pronto, quizás el año próximo, sus centrales eléctricas a carbón. El objetivo es “abandonar el carbón en 2025 o incluso antes”, siempre y cuando no aumenten los precios del gas, precisó el ministro de Medio Ambiente y Seguridad Energética, Gilberto Pichetto Fratin.

Tor Vergata, barrio elegido. Para comprender el proyecto de la megamuestra romana se puede imaginar un viaje que arranque en la Porta Maggiore (muy cerca de la estación Termini), el punto donde empieza la Via Casilina, que se remonta a la época medieval. El histórico recorrido avanza desde la capital hacia el sur de la península a lo largo de unos 200 kilómetros. A tan sólo 13 kilómetros de Roma la Casilina pasa por Tor Vergata, un barrio periférico de la capital surgida en los años 60 que cuenta con una importante universidad pública y un hospital abierto hace no mucho tiempo. Esta es la barriada que será el eje y el corazón del proyecto Expo, en un área con una superficie de 210 hectáreas.

La apuesta de fondo de Tor Vergata es convertirse cuanto antes en un barrio moderno y joven precisamente gracias a la presencia de la Universidad. 

Un primer paso y varios espacios claves. Toda Expo que se respete tiene una puerta de entrada que en este caso está contemplada en un pabellón (llamado Teaser Pavillon) con forma de arco ubicado –nada menos– frente al Coliseo.

Tras este primer paso habrá diferentes áreas bien marcadas para facilitar la comprensión del evento y sus contenidos por parte del público. Los sectores principales son tres (Ciudad, Boulevard y Parque). El primer espacio es el Expo Village, de hecho la “aldea” del evento donde serán levantadas las viviendas –de no más de cinco pisos– en las que quedarán alojadas las delegaciones de los 150 países participantes y que, terminada la exposición, pasarán a ser residencias estudiantiles o áreas destinadas a la investigación. 

No al cemento y controles de la BIE. El Boulevard es el nombre que se le ha dado al eje peatonal a lo largo del cual estarán instalados los pabellones nacionales, que serán construidos con materiales reciclables. Lejos de ser un detalle, éste es un ejemplo concreto de economía circular que asegura a su vez la sostenibilidad del evento. En otras palabras, el objetivo es planificar y construir la Expo de hoy, y al mismo tiempo, también la post-Expo. 

Días atrás la premier Giorgia Meloni subrayó que “la propuesta de Roma no se limita a los seis meses de la Exposición: es un proyecto pensado para perdurar. Los pabellones quedarán a disposición de los Estados participantes, incluso después del cierre y luego serán parte de un polo destinado a la formación y a la investigación científica”.

“La nuestra será una muestra ‘verde’ no del cemento”, aclara a su vez el alcalde Gualtieri.

Hace unas semanas un grupo de inspectores de la BIE visitó la ciudad para verificar la marcha de los trabajos: “hemos examinado el tema del respeto de los derechos humanos” en las condiciones laborales vigentes en la construcción de las obras, advirtió el secretario general, el griego Dimitri Kerkentzes. “En el pasado hubo eventos que tuvieron una mala publicidad, pero para la organización de esta Expo 2030 todos los gobiernos deben tener en cuenta este tema”, añadió, tras recordar “el éxito” logrado por Milán en ocasión de la Expo organizada en el 2015 cuyo tema central fue la alimentación en el mundo.

Un parque solar gigantesco. El área denominada Parque contará con una vegetación exuberante y con pabellones temáticos, entre los cuales el Pale Blu Note estará dedicado a difundir el conocimiento de la naturaleza del “pequeño mundo en el que habitamos”; el sector denominado All Together/Alt Toghether apunta en cambio a “recoger los sueños y las futuras aspiraciones de 8 mil millones de personas” en un contexto de eco-sostenibilidad. La última área, denominada Roomscape, está concebida como una larga secuencia de cien habitaciones cuyo eje serán los 10 mil años de la historia de la humanidad. 

No hay duda por otra parte sobre la que será la estructura que va a dejar boca abierta al público: un parque solar gigantesco que cubrirá una superficie de 150 mil metros cuadrados con una capacidad productiva máxima de 36 megavatios. La instalación contará con cientos de “árboles energéticos” que abren y cierran sus paneles a lo largo de día capturando así la energía, y al mismo tiempo, generando sombra para los visitantes. Desde lo alto el lugar se asemejará a un bosque. A su vez, un pabellón llamado Ecosistema 0.0 se encargará del sistema de refrigeración a través de un método de evaporación.

Otro atractivo de la Expo será un “recorrido verde” de 20 kilómetros para hacer en bicicleta, o a pie, desde los Foros Imperiales de la capital hasta Tor Vergata, camino que atraviesa el espectacular parque regional de la Appia Antica.

¿Todo listo? Como ocurre siempre en este tipo de muestras, se prevén inversiones millonarias. La megaexposición es una oportunidad importante no solo para la ciudad sino también para toda Italia: las cifras que se manejan son de 5.800 millones de euros en inversiones. Se estima por otro lado que el valor económico generado superará los 50 mil millones, cifra equivalente a casi el 4% del PBI nacional. Se prevé además la creación de unos 300 mil nuevos puestos de trabajo y el nacimiento de alrededor 11 mil empresas vinculadas precisamente a las actividades del evento. 

¿Todo bien entonces, Roma está lista? Seguramente sí, aunque, tal cual ocurre en muchas grandes ciudades, la capital tiene desde hace tiempo una asignatura pendiente con la recolección de la basura, tema crítico del que se queja mucha gente. “Aquí nadie quiere fingir que no vemos los problemas vinculados a la limpieza o a la compostura en la ciudad, cuestiones que siguen existiendo y que debemos resolver”, destaca Gualtieri. “Contamos –concluye el alcalde– con un programa llamado Plan Residuos para que Roma pueda salir en pocos años de la que representa una emergencia permanente gracias a la construcción de las plantas necesarias para hacer frente a esta tarea”.

*Periodista.

 

Argentina, enamorate de Roma

M.R.

Roma (Italia), Ryad (Arabia Saudita), Odesa (Ucrania) y Busan (Corea del Sur): ¿dónde tendrá lugar la Exposición Universal que está en agenda para el 2030? El enigma, que tiene una relevancia política y económica de envergadura, se resolverá en noviembre, cuando los 170 países miembros del Bureau International des Expositions (BIE) se reúnan en París para una votación de la que saldrá el nombre de la ciudad ganadora.  

Por Astor Piazzolla, Aníbal Troilo y Julio De Caro, figuras claves a la hora de convertir en universal una música que nació en estas orillas del Río de la Plata; por Jorge Luis Borges, que de tango sabía mucho, pero de italiano no tenía nada, aunque considerara a La Divina Comedia del florentino Dante Alighieri como “el ápice de la literatura y de las literaturas”; por Vittorio Gassman, que le leía Borges a sus hijos; por Juan Manuel Fangio, hijo de  inmigrantes de los Abruzzi y piloto de tres escuderías míticas (Alfa Romeo, Maserati y Ferrari); por el rosarino Messi, cuyos goles parecen poemas, quizá porque,–al igual que Lionel Scaloni y Manu Ginoboli, tiene sangre de Las Marcas, pequeña región de un gran poeta, Giacomo Leopardi; por los tantos defensores, centrocampistas y atacantes argentinos (poco importa el puesto) del pasado y del presente con apellidos muy “made in Italy” tal cual ocurre con varios entrenadores –Carlos Bilardo, César Menotti– y con Julio Velasco; por Italo Calvino, que en una visita del 1984 a la siempre maravillosa Feria del Libro porteña dejó flechados a miles de lectores; por Venecia, donde años atrás la Argentina se lucía con un consulado que se asomaba al Canal Grande; por Milán y Alessandro Manzoni, autor de Los novios, la novela fundadora de la Italia unida; por el golfo de Nápoles, el más bello del mundo, y por esa ciudad, donde scudetto mediante este año el Diego está en cada esquina; por el castellano local contaminado y enriquecido gracias al lunfardo (viene de lombardo’) con palabras que van desde fiaca, birra y festichola hasta laburo, pelandrún y gamba, sin olvidar a las nonas y los nonos; por el idioma italiano, cada día más requerido, y más enseñado, en la Argentina y en otras latitudes; por los miles de chefs y cocineros en todo el país que preparan especialidades en las que la cultura coincide con la gastronomía como el pesto, los ravioli, los cannoli o la pizza (¡sin ananás u otras cosas raras!); por las Cinque Terre y la Liguria toda, desde donde se embarcaron el padre y los abuelos de Jorge Mario Bergoglio, un porteño-piamontés que hizo historia no solo en Flores; por el hijo de un genovés, Manuel Belgrano, al que un día se le ocurrió inventar la bandera nacional; por un inefable siciliano, el commissario Montalbano, y por un prestigioso oriundo siciliano, René Favaloro; por Raffaella Carrá, quien estaba convencida de que “para hacer bien el amor hay que venir al sur”; por Gina Lollobrigida, la diva que en el lejano 1954 visitó Buenos Aires y paralizó por un largo rato al tráfico del centro; por Roberto Benigni, genio en una región (la Toscana) donde por cierto los genios no faltan; por Marcello y Federico (¿hace falta recordar sus apellidos?), sinónimos no solo del séptimo arte sino también de virtudes y defectos de los romanos (casi idénticos a los de los porteños); por el respeto hacia las oleadas de emigrantes que tras surcar el Atlántico debieron cruzar lo que les parecía ser otro Océano: las pampas, este país inmenso e infinito; y por mis abuelos que en Charcas al 3100 tenían un almacén, con patio y dos cuartos al fondo, que se llamaba Trieste. 

Por todos ellos, y no solo, por favor, Argentina, el 23 de noviembre de este año, en la sede parisina de la BIE, a la hora de elegir a la ciudad organizadora de la Expo 2030 no lo dudes: votá por Roma.

 

Italia y el voto argentino

Durante los festejos por la tradicional Festa della Repubblica, el embajador Fabrizio Lucentini hizo saber el malestar del gobierno italiano ante el anuncio de la Cancillería argentina de que apoyará la candidatura de Ryad para la Expo 2030, expresado a través de un tuit, el 22 de mayo. En su discurso, Lucentini describió los profundos y fraternos lazos que unen a ambos países –en la Argentina vive la mayor comunidad italiana en el exterior– y subrayó que “Italia siempre estará junto al pueblo argentino, aun cuando estemos en desacuerdo”. “Por ese motivo seguiremos pidiendo que Argentina se pronuncie a favor de la candidatura de Roma para hospedar la Exposición Universal de 2030, si bien hasta ahora eso no ha sucedido”, añadió el diplomático.