Faltan pocos días para que Alberto Fernández asuma la primera magistratura, pero algunas posturas del presidente electo sobre diversos temas ya generan polémica. Una de ellas, surgió cuando tomó estado público la posibilidad de que el nuevo gobierno derogue el decreto de Mauricio Macri, que declaró a Hezbolláh como agrupación terrorista.
Hace dos semanas, Fernández se reunió con la embajadora de Israel en Argentina, Galit Ronen. Según trascendió, la reunión que se llevó a cabo en las oficinas del presidente electo en Puerto Madero se realizó para dialogar sobre distintos temas que hacen al vínculo bilateral entre los dos países y se mantuvo bajo un manto de cordialidad. Sin embargo, Hezbolláh fue uno de los puntos del temario de la reunión que más polémica causó, tal como lo confirmó Ronen a la prensa.
El Equipo de Investigación de Perfil Educación reconstruye en este informe la historia reciente de Hezbolláh en Medio Oriente, y en especial, lo que más preocupa a la Argentina: los vínculos de la organización islámica con Irán y su relación con el ataque terrorista que sufrió la AMIA.
El 11 de julio pasado, cuando se conmemoraron 25 años del ataque a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), Mauricio Macri firmó un decreto a través del cual se declaró a Hezbolláh como organización terrorista y se creó un Registro Nacional de Personas y Organizaciones Sospechosas de Terrorismo (Renapost). El objetivo era el de ampliar las investigaciones dirigidas a agrupaciones que hoy no pueden ser perseguidas por impedimentos legales. Hasta que se promulgó el decreto, Argentina se regía por el listado elaborado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que no incluye a la organización islámica.
Cuando el decreto se hizo público, cosechó rápidamente el repudio de la comunidad árabe, que temía por un recrudecimiento de la persecución hacia los musulmanes argentinos. “Es una locura y viola la Constitución. No se puede tomar una decisión tan importante sin que pase por el Parlamento”, dijo en su entonces a este medio Galeb Moussa, periodista y expresidente de la Federación de Entidades Argentino Árabes de Buenos Aires. En ese sentido, quienes se opusieron al decreto, no sólo resaltaban el rol de Hezbollah como partido político, sino también como organización de ayuda social y destacaron la red de escuelas, centros educativos terciarios, clínicas y otros servicios que desarrollaron desde esta agrupación para enfrentar las carencias del Líbano.
La versión sobre la posibilidad de que se modifique el estatus de Hezbolláh en Argentina causó inquietud en Israel. El embajador argentino en Tel Aviv, Mariano Caucino confirmó que el tema causó malestar en la diplomacia israelí. No obstante, desde el entorno de Fernández aseguraron que, por el momento, solo está en estudio y desde el Frente de Todos insistieron en que Hezbolláh es una agrupación política que tiene representación parlamentaria en el Líbano. El Equipo de Investigación se contacto con el presidente electo pero no realizará declaraciones sobre el tema.
Al ser consultados sobre esta situación por el Equipo de Investigación, desde la embajada de Israel precisaron: "Para el Estado de Israel, así como para Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Bahrein, la Liga Árabe, los Países Bajos, Paraguay, y tantos otros países, Hezbolláh es una organización terrorista. En el caso de nuestra Embajada no podemos obviar el hecho que ha sido signada por la justicia argentina como responsable del atentado a nuestra sede diplomática en 1992".
En diálogo con la prensa, la embajadora había reconocido que Hezbolláh y la posibilidad de que sea excluido de la lista de agrupaciones terroristas en Argentina fue "un tema que estuvo incluido" en la conversación con Fernández y que también había pedido "justicia en relación a los atentados", el de la AMIA y el de la embajada de Israel en Buenos Aires. No es un tema menor para su país: el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, elogió a Macri cuando se emitió el decreto que calificó a Hezbolláh de terrorista.
Hezbolláh es una fuerza representativa de la comunidad chiíta del Líbano y uno de los dos principales partidos políticos de ese país. Surgió en 1982 como respuesta a la invasión de Israel a territorio libanés con el objetivo de establecer en ese país un Estado islámico basado en el modelo iraní. Además de su trabajo social en el Líbano, Hezbollá es tamibén una organización armada y entre los países que lo consideran como grupo terrorista se encuentra Estados Unidos, Israel, Alemania, Inglaterra, Canadá, entre otros.
Para comprender a Hezbollah es necesario recordar la historia del Islam. Luego de la muerte del profeta Mahoma, la sucesión se planteó entre los sunitas, que seguían a los primeros califas posteriores a Mahoma, y los chiítas, que sostenían que se debía continuar con la línea familiar del profeta, es decir, con su yerno Alí. Esa división tuvo significativas consecuencias políticas y sociales en Medio Oriente. Mientras los sunitas representan el 90% de los musulmanes, los chiítas son una minoría y el único gobierno musulmán chiíta es el de Irán. A su vez, el régimen alauí en Siria, que es representado por los Al Assad, es una secta dentro del chiísmo reconocido como tal por el ayatollah.
El apoyo de Irán y Siria a Hezbollah es de carácter estratégico. Por un lado, el nacimiento del grupo islámico está íntimamente vinculado con Irán, porque durante la intervención israelí, fueron entrenados por la guardia revolucionaria iraní, además de deberle a este país el apoyo financiero. Siria, le da apoyo logístico, lo que explica la participación de Hezbolláh en la guerra civil.
"De acuerdo con informes del Departamento de Estado de los Estados Unidos y del Comando Sur, la estructura interna de Hezbollah se compone de cuatro organizaciones. Bayt al-Mal (que significa casa de dinero) que sirve como centro de operaciones financieras y maneja casi 1.200 millones de dólares por año según Forbes; Jihad Al Binna, que funciona como una ONG; y una agrupación juvenil llamada Iman Al Mahdi Scouts, destinada a entrenar y capacitar a los jóvenes reclutados por la organización para la política y el terrorismo", explica Marcelo Seghini, Presidente del Centro de Estudios en Defensa y Seguridad (CEDySEG). "Además, está el brazo armado, Resistencia Islámica en el Líbano, que no sólo realiza actividades militares sino que también apoya a otros grupos terroristas", agrega.
Además de su historia en Medio Oriente, lo que más preocupa a la comunidad judía local es el accionar que Hezbolláh tuvo en Argentina, según la justicia. De todos los ataques que se le adjudican a Hezbollah, dos tuvieron lugar en Buenos Aires. El primero ocurrió en marzo de 1992, cuando se realizó el atentado contra la Embajada de Israel y el segundo, en julio de 1994, cuando una bomba fue detonada contra la sede de la AMIA.
Meses atrás, se conoció que uno de los presuntos responsables del ataque a la AMIA fue rastreado hasta un suburbio del sur de Beirut, donde estaría viviendo hoy mientras Argentina reclama su extradición al gobierno del Líbano, sin éxito alguno. Se trata de Salman Raouf Salman, quien vivió en el país bajo el nombre de Salman El Reda, y había sido identificado por el fallecido fiscal Alberto Nisman en 2009 como el integrante del Hezbolláh que habría orquestado la logística del atentado. Luego de esta noticia, el Tesoro de los Estados Unidos congeló los activos del líder terrorista y a través del Departamento de Estado ofreció una recompensa de 7 millones de dólares por información sobre su ubicación.
En el último tiempo, diversos especialistas alertaron sobre las actividades que el grupo terrorista libanés que recibe apoyo militar, financiero y estratégico de Irán, podría mantener en la Triple Frontera, zona en la cual esta organización posiblemente cuenta con una estructura para lavar dinero, contrabandear productos de todo tipo, traficar drogas y así obtener financiamiento.
Esta teoría es reforzada por los Estados Unidos en el International Narcotics Control Strategy Report elaborado en marzo de este año al que tuvo acceso el Equipo de Investigación. En dicho informe se alerta sobre las operaciones financieras de la organización islámica en la frontera con Brasil y Paraguay y resalta los avances del gobierno argentino en la prevención, detección e investigación de crímenes cometidos en esa zona.
"Los informes elaborados por el Departamento de Estado afirman que Hezbollah mantiene células activas en más de 20 países, sobre todo en la Triple Frontera. Pero aunque Estados Unidos dice que sí hay actividad en esa área, la Comisión Tripartita de la Triple Frontera compuesta por Argentina, Brasil y Paraguay en el marco del Mercosur lo descartan”, explicó Seghini, al hacer referencia a una reunión de dicha comisión que tuvo lugar el año pasado en nuestro país. “A su vez, otros estudios, como los elaborados por InSigth Crime, una fundación dedicada al estudio de la seguridad nacional Latinoamérica y el Caribe, indican que se establecen alianzas entre Hezbolláh y narcotraficantes colombianos y bandas criminales brasileras como puede ser el Primeiro Comando Da Capital, que le permiten aumentar a Hezbolláh las fuentes de financiamiento”, agrega el experto.
El año pasado, Estados Unidos capturó a Assad Ahmad Barakat, acusado de ser el vínculo en el Cono Sur de Hezbolláh y la presunta cabeza de una extensa red de lavado destinada a dotar de recursos a la organización desde Latinoamérica. También durante el 2018 y el marco de la causa en la que se investiga al Clan Barakat, por orden del juez juez federal de la localidad misionera de El Dorado, Miguel Guerrero, Gendarmería Nacional allanó casinos y hoteles presuntamente vinculados a Hezbolláh.
El Equipo de Investigación es dirigido por Rodrigo Lloret y está integrado por los mejores egresados del Posgrado en Periodismo de Investigación de Perfil Educación. En twitter @EquipoPerfil.