En el primer piso de la mezquita At-Tahuid de la comunidad musulmana de Floresta se encuentra la oficina del presidente de la Federación de Entidades Argentino Arabes de Buenos Aires y el Conurbano (Fearab), Galeb Moussa Hamad. Al entrar se observan dos pósters: uno de Sayyed Hasan Nasrallah, el actual secretario general del grupo libanés chiita Hezbollah, y el otro del Imam Jomeini, quien es considerado por las potencias occidentales como un líder mesiánico, cuyas iniciativas políticas ponían en peligro la estabilidad internacional. Sobre la mesa hay un libro de Juan Gabriel Labaké: Amia, embajada. ¿Verdad o fraude?
Moussa no sólo es familiar del dirigente islámico Jorge Alejandro “Yussuf” Khalil, sino que también es uno de los tantos interlocutores de las escuchas registradas por el fiscal Alberto Nisman. Cuenta: “Mi mamá era tía abuela de Yussuf. Yo lo conozco desde que nació. El vivía en la casa de mi tía y yo iba ahí una vez por semana”.
Bronca fue la palabra que uso para describir su sensación cuando se enteró de que publicaron los 40 mil audios de las escuchas telefónicas. “Yo aparezco en las grabaciones. También mi hijo, mi esposa, la hija de Jorge hablando con su prima. Toda la gente con la que tiene una relación se vio expuesta. Esto es una violación de la privacidad. Yo creo que es una locura que el juez Casanello haya desestimado la denuncia de Khalil. ¿Qué pasa con el artículo 19 de la Constitución que garantiza mi derecho a la privacidad?”.
El tema de una de las conversaciones grabadas entre el presidente de la Fearab con el imputado por la denuncia de Nisman es sobre el club de fútbol All Boys. La charla de 37 minutos cuenta cómo Moussa tomó el cargo de secretario general del club y cómo fue la asamblea. All Boys ya se había visto involucrado en otras conversaciones con Luis D’Elía, ex funcionario de Vivienda para la Comisión de Hábitat Social, donde cuenta que le pagó una suma de dinero a la barra brava para que participara en un acto.
¿Qué posición toman en relación con las escuchas? “Nosotros adoptamos una posición inteligente y cauta: la de no escuchar. Lo que pretenden es que nos destruyamos entre nosotros. Es una vieja táctica. Vamos a fortalecernos y permanecer estoicos frente a estos ataques que estamos sufriendo. Hoy estamos siendo parte de una trama que es más una operación política que un hecho delictivo en sí. El juez Rafecas ya lo ha desestimado. Nosotros denunciamos a Nisman desde hace más de diez años. Todo lo que ha dicho y hecho con respecto a nosotros es parte del prejuicio. Ahora por suerte sale a la luz qué hizo con el dinero. Hoy todos los medios dicen que era un hombre de Estados Unidos e Israel y que siguió las instrucciones de la CIA y el Mossad. No es un héroe, es un traidor a la patria y no hay condena alguna”, dice Moussa.
Hace dos semanas Moussa viajó al Líbano, donde tiene familia. Admite tener vínculos con diferentes sectores de ese país. Con Irán también tienen relaciones culturales, religiosas y económicas. En uno de los audios de las escuchas, D’Elia le pide a Khalil contactos de Hamas y Hezbollah para el programa televisivo CQC. “Con Hamas se contactó a través de la embajada de Palestina y Hezbollah es un partido político. No me parece raro. Parte de mi familia de allá conforma el partido. La CIA y el Mossad dicen que están vinculados con el terrorismo, pero no hay pruebas. Nosotros vamos a reivindicar plenamente el rol de Hezbollah y Hamas como resistencias que son atacadas por potencias extranjeras o sus apéndices. No voy a admitir nunca que sean terroristas porque no es cierto”, explica el dirigente islámico.
Sobre los interlocutores de las escuchas, Moussa dice que Allan Bogado se vendió como un agente del servicio de inteligencia que trabajaba en el Gobierno. “Le mintió a Khalil para poder escucharlo y darle información a Stiuso. Decía que podíamos trabajar para limpiar a la comunidad que había sido engañada y perseguida”. Por otro lado, Moussa dice que por Mohsen Rabbani pone las manos en el fuego y puede defender su inocencia. Agrega: “Estuvo 15 años al frente de esta mezquita. Rabbani estaba infiltrado por un agente de la SIDE que era su chofer. Le sacaron fotos en 1993 recorriendo agencias de autos para comprar una camioneta. El atentado fue en 1994. Esa camioneta era para llevar y traer a los chicos que venían por enseñanzas particulares del islam los días sábados”. En cuanto a la escucha de la que se tomó la frase “Irán mató en Argentina”, Galeb dice que fue sacada de contexto. “El interlocutor de la conversación es Ismael, nieto del precursor de la faena al rito islámico Halal en el país. Ellos hablaban de la exportación de carne para el rito islámico”, cuenta.
Cuando se hicieron públicos los audios de las escuchas, el abogado de Khalil, Fernando Burlando, lo autorizó a comunicarse con la prensa. Yussuf habló telefónicamente en el programa televisivo del periodista Luis Majul, donde negó conocer a la Presidenta. Además, en el programa hablaba en primera persona del plural, mientras que en la escucha quedaba claro que se iba a reunir en privado. Dice Moussa: “Mucha gente habla en primera persona y lo que quiere decir es en representación de una comunidad y puede ir acompañado de otra gente. De todos modos, nunca vio a la Presidenta. Yo sí la vi en el tedeum, pues fui como presidente de la Fearab. Me invitó la Cancillería. También la vi en la estación de Villa Luro cuando inauguró los trenes del Ferrocarril Sarmiento, donde le entregue un pañuelo palestino. Yo sí conozco a la Presidenta, pero Khalil no la conoce. ¿Cuántas veces recibió a los dirigentes de AMIA y DAIA? ¿Por qué puede recibir a unos y a otros no? ¿Cuál es el problema de que alguien se reúna con la Presidenta para mejorar el nivel de su comunidad? A nosotros nunca nos recibió la Presidenta de manera oficial. La DAIA y la AMIA van cuando quieren. Nosotros tenemos una diferencia respecto de los dirigentes de la comunidad judía y es que ellos trabajan a favor del Estado de Israel”.
—¿Puede afirmar que no hay dirigentes de la comunidad islámica qué trabajen a favor de Irán?
—Sí. La Argentina no tiene un tratado bilateral tecnológico con Irán, ni un tratado de libre comercio con el Mercosur. Lo que tiene Irán son compras a productores privados argentinos y muchos de ellos son de la comunidad judía.
En una primera entrevista, Galeb Moussa afirmó que en el barrio hay una buena convivencia con vecinos judíos, sin embargo en las escuchas a Khalil puede oírse cómo llama al canciller Héctor Timerman “ruso de mierda”. También en conversación con un político de La Pampa hablan de una persona como pro musulmán y que no quiere a los “moishes”. Antes de responder, Galeb toma un mate y dice: “A mí me gustaría escuchar lo que hablan los dirigentes de la comunidad judía a ver si no dicen musulmanes de mierda. El conflicto existe con la dirigencia que se manifiesta abiertamente por trabajar a favor de Israel, un país que ejerce terrorismo de Estado”.
En relación con la publicación de la revista brasilera Veja que acusaba a Irán de financiar la campaña de la presidenta Cristina Fernández a través de Venezuela, el presidente de Fearab dice que hay que hacer caso omiso a esas informaciones porque son todas operaciones políticas y de propaganda. ¿No hay interés de Irán por el uranio argentino? “Lo pueden conseguir por otro lado. Irán ya tiene armado su desarrollo nuclear, no fantaseemos con cosas que no son. ¿Podemos decir que hubo una verdadera investigación sobre la AMIA? 21 años pasaron y todavía está pendiente un juicio de encubrimiento. Hay una maniobra política para que no se realice ese juicio”, enfatiza Moussa.