Siempre suele decirse en el mundo del espectáculo que no existen fórmulas indiscutidas para el éxito, ya que sino todos los productos lo serían. La máxima parece aplicarse a Dumbo, la remake de Tim Burton con un elenco estelar encabezado por Michael Keaton, Eva Green y Danny DeVito, entre otros.
El film de Disney tuvo su estreno global la semana pasada, y luego de haber transcurrido el primer fin de semana la evaluación resulta en que la performance de la nueva versión del clásico animado estuvo por debajo de las expectativas, en lo que a taquilla se refiere.
En Argentina lidera la convocatoria de público, habiendo seducido a 266.673 personas que compraron su entrada. Es un gran número, es cierto, le permite encabezar en estos días, pero se ubica a una enorme distancia de otras películas de la misma empresa: hace pocas semanas, por ejemplo, Capitana Marvel había vendido 469.620 entradas, un 76% más.
Mientras tanto, en Estados Unidos se preveía que el film de Burton recaudaría US$ 50 millones en su primer fin de semana, y materializó US$ 45 millones, un 10% menos. Una vez más, no puede hablarse de fracaso, pero la comparación resulta contundente: Capitana Marvel había hecho en la misma cantidad de días US$ 153 millones, más del triple. Eso por hablar de estrenos recientes. Si se la compara con otras adaptaciones de clásicos animados, tanto La bella y la bestia en 2017 como El libro de la selva, en 2016, habían rozado los US$ 100 millones, el doble del film acerca del elefante volador.
Sin incluir el marketing y la distribución (que pueden duplicar o incluso triplicar la cifra), el costo de la nueva versión de Dumbo fue de US$ 170 millones. Esto implica que seguramente, con la sumatoria de las recaudaciones globales al final del recorrido de exhibición, recuperará los costos. Lo cierto es que con este comienzo no alcanzará ganancias notorias para un estudio como Disney.
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La pregunta que se le abre a la empresa poseedora del ratón Mickey es si la fórmula de adaptar clásicos animados puede haber dejado de funcionar, y si en cambio debería concentrarse en franquicias como la de los superhéroes Marvel. La respuesta a ese interrogante se brindará a mediados de julio, cuando arribe a las pantallas grandes de todo el mundo la nueva versión de El Rey León, que se descuenta obtendrá mejores resultados no solo por estrenarse en el período vacacional sino también porque el film en que se basa es más reciente y fue consumido por los niños y jóvenes de hoy, lo cual no ocurre con Dumbo, que lleva 80 años de historia.