ESPECTACULOS
eugenio zanetti

“Hollywood es una escenografía”

El argentino director de cine, teatro y ópera radicado en Estados Unidos presenta Don Carlo en el Colón y reflexiona sobre la industria cinematográfica y los Oscar de la Academia.

Galardonado. Zanetti ganó un Oscar por Restauración y volvió a estar nominado en 1999.
| Agustin Marcarian

De los muchos argentinos exitosos fuera del país, Eugenio Zanetti llegó a lo más alto en su profesión. Este artista múltiple, que habita tanto los escenarios como las pantallas de cine de Hollywood, ha sido reconocido, incluso, con un Oscar en 1996, por su dirección de arte en Restauración. Pero los teatros no le son en absoluto ajenos, como director, escenógrafo y vestuarista. Así pues, ahora llega a hacer la régie de la ópera Don Carlo, una versión de grandes dimensiones, con 160 artistas en el Teatro Colón, que se verá entre hoy y el 29 de septiembre. Zanetti adelanta: “En el escenario quiero que salude todo el mundo del teatro: los técnicos, la gente que hace los sombreros, las pelucas, la que bordó esas capas. Quiero que se levante el telón y que el público vea a esas 500 personas, que son las que han hecho esa ópera, con esfuerzo humano y amoroso”.
—¿Qué similitudes y diferencias encuentra al trabajar para cine y para ópera?
—En cine, la cámara establece un yo psicológico. Acá, en Don Carlo, el que mira este universo es el rey, es Felipe II; lo que se cuenta se hace desde el yo psicológico del rey, que observa este universo, su imperio, que está deteriorándose, pudriéndose. Pero el mirarse, el relacionarse, son búsquedas que hemos hecho en la ópera como se hace con actores en cine o en teatro: no hay ninguna diferencia.
—¿Cómo cree que se ve internacionalmente nuestro cine actual?
—Con mucho interés y mucha curiosidad. Desde hace unos años, el cine argentino está teniendo presencia afuera. En algún momento, creo haberle dado una pequeña mano en la Academia de Hollywood cuando un film nuestro posiblemente entraba en una terna. En la Academia se dijo: “Bueno, pero es una película comercial…”, a lo cual yo respondí: “En Hollywood todas las películas son comerciales”. Eso ayudó a nuestra peli a entrar en la terna, y ayudó después a conseguir un Oscar.
—Se trata de “El secreto de sus ojos”, evidentemente…
—Sí. No me atribuyo su Oscar. Mi comentario le dio un pequeñísimo empujoncito… La película, por supuesto, tenía sus propios méritos. Más allá de esto, en los festivales se valoran las películas más off, y las argentinas tienen mucha presencia en los festivales internacionales.
—Habiendo ganado uno, ¿qué significado tiene para usted el Oscar?
—Mi mamá, que era una persona con mucho sentido común, cuando íbamos en limusina, la segunda vez que estuve nominado al Oscar, me decía: “El Oscar no es tan importante, es un premio que da una industria, no es un premio de arte”. Eso es una realidad. Es un premio que otorga una industria, y eso tiene sus bemoles. Hollywood es una escenografía erigida en el desierto por la que se mueven fantasmas, y también es una industria con mucho poder. Ahora están medio perdidos, porque se pone mucho dinero en un grupo pequeño de películas muy caras a las que se apuesta mucho, y hasta Spielberg dijo que eso puede, en cualquier momento, moverles el piso.