ESPECTACULOS
MATÍAS GUEILBURT

La odisea de ser siempre Guillermo Vilas

El director del documental sobre el tenista que estrena Netflix cuenta su odisea, sus hallazgos y las sorpresas.

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Logro. Ningún otro film nacional sobre un deportista captura así todo su mito, su arco y su humanidad. | gza. netflix

La épica de Eduardo Puppo es de esas que hacen al cine el medio perfecto para entender todo aquello que no es mezquino, que es enorme, que es humano y que, aun así, es tremendamente excepcional. Puppo, periodista deportivo como pocos del tenis, durante 13 años llevó a cabo una cruzada: mostrar con pruebas sólidas que entre 1973 y 1978 Guillermo Vilas fue número 1 del mundo. Y esa pelea, que llegó a incluir a Vilas, a entidades del tenis, a leyendas, es la materia primera de Vilas: serás lo que debas ser o no serás nada, el documental que el 27 de octubre estrena Netflix y que dirige Matías Gueilburt, de la productora Ánima Films. 

Una de las cosas fundamentales, de una pieza que se instala de inmediato como el mejor documental construido en torno a una figura deportiva de nuestra historia es la labor de Gueilburt, que él resume de la siguiente forma: “Es parte de mi trabajo. Lo primero a llevar a cabo con tanto material es ver cuál era el punto de vista, ver cómo construir eso. No había posibilidad de contar la investigación de Puppo sin contar a Vilas, sin su historia. Ahí apareció la posibilidad de contarlo en primera persona a partir de que yo me enteré de que hay unos audios que fue grabando a lo largo de su vida. El primer trabajo fue construir desde todos esos audios. Y desde construir el hueso de la película, ver qué decisiones sí y cuáles no. En qué me iba a centrar de su vida deportiva, y así se empiezan a achicar los procesos”.

Hay algo esencial: el documental es distinto. Vilas es un nombre que todos cuentan, del que todos saben historias, que conocen por su personalidad potente en público. Pero Gueilburt sin quitar esa veta de confianza, de showman, recorre otros frentes, que desarticulan lo que uno puede esperar: “Me interesaba su mirada sobre el mundo, eso que iba construyendo en las habitaciones de los hoteles cuando estaba de viaje y en torneos. No la entrevista con Susana Giménez, por mencionarte un ejemplo. Yo necesitaba transmitir la emoción de lo que el tipo estaba haciendo en ese momento de su vida”. 

Lo saludablemente extraño es que seguir la investigación y escuchar a Vilas se cruzan en el registro con nervio deportivo de los propios torneos de Vilas, sus caídas, sus ascensos, su intensidad y su felicidad. Todo, al menos hasta determinado momento, aparece aquí: “Queríamos construir un Vilas desconocido. Con reflexiones del mundo. Cuando lo escuchás hablando de aquel verano en Nueva York, justo el Summer of Sam o cuando corta con su padre cualquier posibilidad de no ser tenista, nos dimos cuenta de que queríamos lograr mostrarlo desde un lugar personal”.

El director y su productor llegaron al punto de visitar las mismas habitaciones en las que Vilas estuvo, incluso con las mismas raquetas que habían estado ahí treinta años antes y hasta los auriculares que usaba el tenista. “Necesitaba ponerme adentro del personaje” dice Matías. Y suma: “No hago documentales deportivos, yo cuento historias de vida”. Eso sí, los fanáticos del tenis tienen para disfrutar: hablan Rafael Nadal, Boris Becker, Gabriela Sabatini y muchos nombres ABC1 del deporte. No solo eso: mucho del archivo está armado gracias a fans. Cierra el director: “Lo que sí quise hacer: los créditos. Poner ahí una canción de Vilas, con él tocando la guitarra. Y ahí está el collage: su familia, sus cosas, los Stones. Nosotros estamos con la investigación de Puppo, pero ahí aparece eso”.