ESPECTACULOS
Lidia Segni

Un balance que da satisfacción

La directora del Ballet Estable del Colón afirma que los bailarines pueden pero no quieren jubilarse. Confiesa que se irá cuando termine este gobierno.

Gira. Segni está orgullosa de las funciones que hace el Ballet.
|

Hasta el próximo sábado, el Ballet Estable del Teatro Colón abre su temporada 2013 con un programa de formato similar al de años anteriores. Bajo el nombre Trilogía neoclásica, se combinan tres obras breves para un acotado grupo de bailarines, con escenografía y vestuario sencillos, y una versión más fresca del ballet clásico. Se trata de Fuga técnica, de Eric Frederic, Sinfonía en do, de George Balanchine, y Vivaldi en concierto, de Lidia Segni, directora del Ballet, estrenado en 2010 en el Parque Centenario. Lo más novedoso de la compañía son sus giras. Dice Segni: “Salimos 42, de las cuales seis son personal técnico; el resto, bailarines. Desde el 2 de abril haremos el periplo Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, San Nicolás, Mendoza, Córdoba, San Juan. En algunos lugares haremos dos funciones, porque en la gira del año pasado la gente venía a sacar entradas y ya estaban agotadas. Luego bailaremos en Omán (suroeste de Asia) la Trilogía neoclásica, pero reemplazo Balanchine (que no se puede hacer sin orquesta en vivo) por Tango, coreografía mía con música de Piazzolla, ya que en Omán querían algo con tango”.

—Contando las giras, ¿qué promedio de funciones anuales hace el Ballet? ¿Son suficientes?
—Confirmadas hasta ahora, serán sesenta anuales. Cuando tomé el Ballet en 2009, no teníamos teatro: hicimos 16 funciones, algo terrible. Fui aumentando y el año pasado pasé las cuarenta. Pero no es suficiente: una compañía como la del Colón tiene que llegar, mínimo, a las cien funciones, pero convengamos que no es fácil.
—Cuando usted monta obras suyas para la compañía, ¿cobra como coreógrafa, más allá de su labor como directora?
—En algunos casos sí, en otros no. Me ha pasado que he puesto obras y no he cobrado para nada.
—Como las jubilaciones de los bailarines no se resuelven y no se liberan plazas vacantes, las obras tienen contratados. ¿Cómo los selecciona?
—No puedo programar grandes obras con bailarines que ya no bailan. Para eso tengo que contratar a jóvenes, que son de todas partes del país. Incluso tengo bailarines de Italia, Canadá, Estados Unidos: se presentaron personalmente porque les interesaba la compañía, hicieron una clase y los tomé como refuerzo. ¿Alumnos míos? Karina Olmedo, Gabriela Alberti, y tantos que estudiaron conmigo hace muchísimo. Pero actualmente no doy más clases privadas.
—Entre su ingreso en 2009 y hoy, ¿cuál es su balance de lo hecho?
—A principios de 2010 vivimos una época muy dura (cancelación de funciones, protestas de bailarines), pero el tiempo hace que muchas cosas se puedan, no olvidar, pero sí aplacar. Estoy viviendo un momento muy bueno con la compañía: en salas con buenos pisos, con funciones, con giras. Mi único propósito es que la compañía pueda levantar el telón, cuantas más veces, mejor. Cuando termine este gobierno, me iré de la dirección del Ballet, porque esto es un ciclo. Si mi sucesor sigue para adelante y le da a la compañía lo que yo le di, me sentiré satisfecha y recompensada por estos años en el Colón.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

 

Jubilación y riesgos

Sobre las jubilaciones de los bailarines: “De todo el engranaje del Ballet me hago cargo yo; no delego. Estoy dedicada al trabajo. Las jubilaciones son algo que escapan a mí. Sé que se ha hecho una propuesta muy buena, y este año tres bailarines la tomaron. Pero, es lamentable que lo diga, hay gente que cumplió la edad y le cuesta dejar el teatro; no es solamente una cuestión legal. Correctamente no se jubila nadie. Si el retiro que quieren es el que cobran en actividad, no lo van a conseguir ni dentro ni fuera del Colón”.

Sobre Macri: “Políticamente no puedo hablar; no me interesa”.

Sobre Pedro Pablo García Caffi: “Desde el comienzo y hasta éste, mi quinto año como directora del Ballet, he tenido su apoyo total. Si no, me hubiese ido. Llegué al Colón para trabajar con la compañía: hay gente a favor y en contra. Esos son los riesgos que corre cualquier persona al frente de lo que sea”.