Si por el 1600 Hamlet, en la clásica obra de Shakespeare, se debatía entre el Ser o no Ser, hoy podríamos imaginárnoslo un paso más allá, cuestionándose sobre cocrear o no cocrear. Es frente a estas preguntas que el ser humano se interroga sobre quién es y qué significa ser. ¿qué queremos ser y qué no queremos ser? ¿qué queremos cocrear y qué no queremos cocrear?
La acción de Cocrear requiere dos entidades: la Fuente Universal a la que solemos llamar Dios, Conciencia Cósmica, Gran Mente,… y la parte de esa Gran Conciencia que habita dentro de cada uno de nosotros, a la que aludimos como Yo Superior. A esto se refiere el prefijo "co".
La física cuántica nos asegura que podemos crear nuestra propia realidad, que podemos conseguir lo que soñemos, siempre que se encuentre dentro de ese abanico de posibilidades u ondas. Ya no hay lugar para la victimización ni para echar culpas al otro por lo que nos pasa.
Tenemos la posibilidad de parar y darle a cada elección la importancia que tiene. De parar y cuestionar nuestros juicios. Podemos reprogramarnos, reeducarnos, reencauzarnos. La promesa del tesoro al final del arco iris bien lo vale.
Mediante la intención consciente en aquello que deseamos, podemos usar este donde cocreación con sabiduría o podemos cocrear desde el ego. Nuestros deseos caprichosos, nuestros apegos, nuestros miedos nos pueden hacer perder el norte.
Mediante la intención consciente en aquello que deseamos, podemos usar este don de cocreación con sabiduría, o podemos cocrear desde el ego. Nuestros deseos caprichosos, nuestros apegos, nuestros miedos nos pueden hacer perder el norte.
Tenemos que tener claro que venimos a esta dimensión con un propósito, no venimos simplemente a estar de recreo. Venimos a incorporar un aprendizaje para que nuestra alma alcance un mayor grado de conciencia.
Venimos a continuar un camino de evolución que nos acerque a la Conciencia Cósmica, a Dios, a la Fuente Universal. Venimos con el propósito de aprender a vivir el amor incondicional, el servicio, la unidad. Si ya lo hubiéramos aprendido todo, simplemente no estaríamos acá.
Con esto no quiero decir que no disfrutemos de esta maravillosa vida. Como en toda escuela tenemos tiempos para estudiar y tiempos de recreo, también imprescindibles para poder recargarnos y poder seguir estudiando. Ambos son necesarios, aprendizaje y disfrute. Encontrar el equilibrio justo entre ellos es un desafío para cada uno de nosotros.
Todo esto suena muy espiritual, pero qué hacemos los simples mortales con nuestros malos hábitos de pensamiento. “No sirvo, no puedo, estoy gordo, no tengo plata, no me va a ir bien….”¿Cómo podemos romper con esos malos hábitos de pensamiento? El cerebro crea redes neuronales a partir de la memoria: ideas, sentimientos, emociones.
El viejo refrán “el que se quema con leche ve una vaca y llora” ilustra perfectamente esta idea. Ante un hecho similar, pueden dispararse pensamientos y emociones que surgen de asociaciones creadas en el pasado. Y vicecersa, ante una emoción similar el cerebro nos traerá ciertos pensamientos.
Si por experiencias traumáticas asociamos “amor” con ”sufrimiento”o“traición”, cuando sintamos amor, nuestra red neuronal activará lo que experimentamos en el pasado cuando sentimos amor: enojo, dolor, rabia, etc.
También podemos tener creencias muy negativas con respeto a la abundancia. Por ejemplo podemos asociar de modo inconsciente “dinero” con “corrupción”, “suciedad”, “materialismo”, de modo que cuando empecemos a generar dinero inconscientemente el cerebro lo boicoteará.
Todo ese conjunto de creencias limitantes que cargamos a nivel inconsciente y que condicionan nuestra vida diaria fueron creadas por repetición de experiencias pasadas, herencia de generaciones anteriores, traumas, etc. Es importante que detectemos esas creencias limitantes y comencemos a resignificarlas y convertirlas en creencias habilitantes.
La práctica del yoga, el arte, la música, el deporte, los talleres vivenciales de autoconocimiento, etc, nos ayudan a armonizarnos y conectarnos con nosotros mismos para poder sintonizar con lo que anhelamos cocrear.
Podemos luego cocrear meditando, realizando ejercicios de atención plena o de coaching ontológico, poniendo la intención en aquello que queremos conseguir, practicando hoponopono, haciendo visualizaciones, repitiendo afirmaciones positivas, mantras, escribiendo, sonriendo mientras nos hablamos frente al espejo…
Y de a poquito, sin miedo a los tropiezos, con mirada compasiva, sin juzgar al otro ni a uno mismo, animarnos a cocrear abundancia en amor y gratitutd- En estos tiempos estamos llamados a despertar, a hacer un salto evolutivo en nuestro nivel de conciencia. Podemos hacerlo. Despertemos.Nuestro planeta y nuestra especie se lo merecen.
Amoroso futuro para todos, a vibrar en armonía con todos los seres. En Unidad con el Cosmos.
Florencia Huergo - Lic. Administración de Empresas, Coach Ontológico Profesional ACTP, Maestría en Psicología Junguiana, Astróloga Casa XI.
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