Luego de la habilitación del nuevo cementerio de Boca Juniors, se estarían gestionando otros espacios, a donde irían a parar algunos prevenidos, que quieren hacerse un lugar para descansar en paz.
El cementerio de Gerardo Sofovich: allí irían a parar las vedettes a las que Gerardo no despide por televisión y logran seguir trabajando con él.
El cementerio del radicalismo: es una necrópolis a la que irían a reposar aquellos correligionarios que no pudieron soportar los vaivenes del partido. Actualmente, buscan un espacio más grande para el predio: tienen pensado ocupar el desierto del Sahara.
El cementerio de la clase media: allí irán miles de desclasados con sus esperanzas a cuestas. Entre las que podríamos enumerar: un ingreso digno, educación para los hijos, salud, vacaciones y hasta se llevarían el sueño una biblioteca bien surtida.
El cementerio de la televisión: es el sitio que queda reservado para los productores que trabajan con el rating minuto a minuto y algún que otro piloto, como el de Alfredo Casero en A todo culor. Además, descansarían todas esas buenas ideas, bien pensadas, producidas y de buen gusto, que ningún directivo de televisión tuvo en cuenta.
El cementerio del Congreso: es el sitio que los perversos eligieron para cajonear los proyectos. O por qué no, todas las leyes que ellos quieren que sean letra muerta.
El cementerio del Riachuelo: allí dormirán todos los proyectos que nacieron muertos para sanearlo.
El cementerio de ex maridos: allí irían los Roviralta del año 2000. A saber: Martín Barrantes, ex de Pampita, Nacho Herrero, ídem de Nicole Newman y tantos otros que quedarán en la lona si no consiguen pronto novias de reemplazo que los mantengan.
El cementerio del fútbol: allí será definitivamente enterrado el fútbol, si los directivos de los clubes se siguen comportando como se comportan.