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CóRDOBA
EL HUMOR AL PODER

Los amigos chocadores

06-11-2021-logo-perfil
. | Cedoc Perfil

Cuando le dijeron que entre los funcionarios nacionales que llegaban a Córdoba, Alberto Fernández lo mandaba a Marinucci, el gobernador Schiaretti habría explotado en un ataque de ira como los que suele sufrir Bruce Banner antes de convertirse en Hulk. Recién después de que se callaron los gritos (“¡Nos afanaron el partido!”, “¡Franklin bombero!” y otros epítetos irreproducibles) habrían podido aclararle que quien venía era Martín Marinucci, presidente de Trenes Argentinos, y no Leonardo Marinucci, el jugador de Deportivo Madryn que se lució en la jugada previa del gol con que el equipo chubutense le ganó a Racing de Nueva Italia la final por el ascenso a la Primera Nacional.

Y es que el mandatario cordobés estaba predispuesto a que el Presidente le asestara un golpe bajo por el estilo, después de una semana en la que se dieron como si estuvieran en la jaula de las artes marciales mixtas. En un acto, Schiaretti dijo que “los últimos dos gobiernos nacionales chocaron el país”, a sabiendas de que cuando le dicen que es igual a Macri, a Alberto le empieza a salir humo de la nariz como si fuera una pava silbadora. La respuesta no se hizo esperar: Fernández aseguró que “los que chocaron el país son los amigos de Juan Schiaretti”, tal vez con la idea de que, ante semejante acusación, muchas personas dejaran de seguir al gobernador en Facebook para no sentirse aludidas.

No contento con eso, desde la Casa Rosada mandó a Córdoba una delegación encabezada por el jefe de Gabinete Juan Manzur, que intentó probar que el Ferrourbano no es una fantasía extraída de un episodio de ‘Black Mirror’. Para sumarle un tono épico a la recorrida que realizaron en tren desde el Neonatal hasta la estación Mitre, hubo quienes sugirieron que un grupo de motochorros persiguiera a la formación, tal como hacían a caballo los forajidos del Lejano Oeste. Y que algunos integrantes de comparsas de Carnaval se pusieran sus disfraces de pieles rojas y simularan un ataque en bicicleta contra los vagones. La puesta en escena fue desestimada ayer “por razones climáticas”.

Desde Juntos por el Cambio, mientras tanto, empiezan a regular la marcha tras conocer encuestas que les otorgan chances de obtener en Córdoba una sexta banca para Diputados. “Si Luis Juez no nos genera un conflicto diplomático con Colombia por la convocatoria a Diego Valoyes, vamos a reventar las urnas”, me dijo un colega que trabaja para esa coalición, donde hay más sonrisas que en el paquete de galletitas. “Dicen que defienden a los cordobeses, pero ni siquiera nos garantizan la provisión de fernet”, podría ser una de las críticas de la última semana de campaña contra el Gobierno provincial, ante la perspectiva cierta de que pueda haber un faltante de esa bebida.

A pocos días de las elecciones generales, todo indica que esta vez, al igual que ocurrió con las PASO, de nuevo se basarán en números los principales argumentos que jugarán a favor o en contra del oficialismo y la oposición. En septiembre, la novedad era que las cifras correspondían a los contagios de Covid-19 y al porcentaje de vacunados, en tanto que ahora volvimos a la normalidad en nuestro país: lo determinante podría ser la cotización del dólar y el índice de inflación. La moneda estadounidense, en el mercado negro, superó la barrera de los $200, un tope que hace rato había sido sobrepasado por el cuarto de café molido, la lavandina de dos litros y el pack de cuatro rollos de papel higiénico.

Entre los virales de la semana, circuló un video donde se lo escucha a Martín Llaryora cantando ‘Piel morena’, en una versión que hubiera hecho revolear el poncho al mismísimo ‘Potro’ Horacio Guarany. Sobre el mismo escenario, entre guitarreros y bombistos, se lo observa ejecutando una rara danza con una botella de gaseosa al secretario de Gobierno Miguel Siciliano, a quien el barbijo no le alcanza a ocultar la cara de asombro que pone al comprobar las cualidades canoras del intendente. Tras finalizar la canción, en medio de los aplausos, le habrían pedido desde el público ‘Si se calla el cantor’, pero el alcalde no supo muy bien si tomarlo como un halago o un sarcasmo.

LIC. CLEMENTI ROSSO (*) SOMMELIER DE LA POLÍTICA