Luego de ofrecer una multitudinaria homilía en la ciudad de Aparecida, que conmemoró el 300 aniversario de la aparición de la Virgen patrona de Brasil, el papa Francisco recorrió el hospital San Francisco de Asís de la Providencia, que atiende a adictos al crack y al alcohol.
Por el refuerzo del protocolo de seguridad -que mostró variadas fallas el lunes durante el traslado del Sumo Pontífice- Francisco no se trasladó en el papamóvil, sino en un auto blindado.
Sin embargo, y como muchos esperaban, el Papa tuvo chances de “escapar” a los controles de seguridad. Mientras se trasladaba en el Papamóvil desde Aparecida hasta el helipuerto de San José dos Campos, en San Pablo, descendió del auto y caminó unos metros bajo la lluvia para besar a un niño, lo que causó un gran revuelo entre los fieles.
Cartas y mensajes. Visiblemente cansado, Francisco se reunió con sacerdotes cariocas, representantes de la orden franciscana en Brasil y adictos en recuperación, a quienes abrazó y felicitó por su recuperación.
Mañana, se espera que el Sumo Pontífice visite la favela de Varginha, adonde recibirá presentes y cartas de toda la comunidad, reunidas por el sacerdote brasileño Luis Antonio Lopes, responsable de la pastoral de favelas de Rio de Janeiro.
"Vamos a darle cartas redactadas por los habitantes. Algunos cuentan que no tienen agua hace dos días, otros no tienen electricidad hace tres días", contó a la agencia AFP Lopes.
