El Museo de Pérgamo, el equivalente berlinés del Louvre en París, cerrará sus puertas durante 14 años. El objetivo del cierre será realizar una profunda restauración de la institución que alberga el célebre Altar de Pérgamo.
El cierre total del establecimiento no formaba parte de los planes de renovación del museo. Al contrario, la idea original de los responsables era llevar a cabo una mejora por fases que permitiera que al menos una de las tres alas del edificio pudiera ser visitada. Sin embargo, el mal estado de la estructura obligó a cerrar el lugar por completo.
El célebre museo berlinés fue construido sobre terreno inestable, sufrió bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial y recibió un pésimo mantenimiento durante el régimen de la República Democrática Alemana.
Según precisó Barbara Helwing, directora del Museo de Próximo Oriente (uno de las tres secciones del edificio junto al Museo de Arte Islámico y la Colección de Antigüedades), sostuvo que "era demasiado arriesgado seguir el plan original".
De hecho, el ala que guarda su mayor tesoro, el altar helenístico que le da su nombre, se cerró en otoño de 2014 para una restauración que debía durar cinco años. El plan era reabrir el sector en 2019 y continuar con la renovación restante.
Si bien la célebre estructura no puede verse en el emplazamiento que le diseñó el arquitecto Alfred Messel, la muestra Panorama permite hacerse una idea sobre cómo era el altar de 35 metros de ancho y 33 metros de profundidad que fue trasladado por arqueólogos alemanes desde lo que fue el Imperio Otomano a finales del siglo XIX.
La exposición que incluye una recreación panorámica de 360° del altar en la acrópolis de Pérgamo, realizada por el artista Yadegar Asisi, se sitúa en un edificio temporal ubicado justo delante del museo y se ha convertido en un consuelo para sus visitantes, quienes no podrán apreciar sus obras durante un largo tiempo.
Durante las últimas semanas se formaron largas filas afuera de la concurrida institución y todas las franjas horarias fueron reservadas con notable anticipación, incluso cuando sus responsables ampliaron dos veces el horario de apertura, dejándolo de 9 a 21hs en un escenario extremadamente excepcional.
El proceso de renovación comenzó con el ala norte y la segunda fase incluirá la reforma del ala sur, la construcción de una cuarta ala y la conexión con los edificios aledaños de la Isla de los Museos, los museos Bode y Neues, como así también un aseguramiento de los cimientos y un arreglo de goteras y manchas de humedad. El objetivo final de los trabajo, según explicó Helwing, es "garantizar que las joyas que contiene no sufran ningún daño a futuro".
Si bien el mal estado del museo se aprecia a simple vista, algunos detalles, como los agujeros de proyectiles de la Segunda Guerra Mundial no serán arreglados. "Estas cicatrices permanecerán visibles tras la reforma, queremos que la gente pueda apreciar que este museo sobrevivió a una guerra", concluyó la directora del Museo de Próximo Oriente.
AS.
LT.
