El francés Jean-Jacques Savin de 74 años se propuso que en 2022 atravesaría el Atlántico en canoa. El 1 de enero emprendió su travesía desde Portugal, pero el pasado viernes 21 activó sus balizas de socorro y su equipo informó que aún no pudieron dar con él. La proeza del septuagenario implicaba atravesar 7.000 kilómetros y llegar a América.
"Lamentablemente, desde las 00H34 de la mañana de ayer (viernes), no tenemos ningún contacto ni manifestación de su parte", comunicaron a la AFP. "Nuestra preocupación es grande, como se puede imaginar", continuaron y detallaron que el hecho de que haya activado "sus dos balizas de socorro indica que está en gran dificultad".
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Manon, la hija de Savin dijo a la agencia francesa que "están muy preocupados” y que “todo se llevó a cabo inmediatamente en coordinación con los servicios de rescate en el mar franceses, portugueses y estadounidenses".
De acuerdo a su último contacto, Jean Jacques Savin se encontraba en alta mar, al norte de Madeira, y se dirigía hacia la pequeña isla de Ponta Delgada, en el archipiélago de las Azores, para reparar su bote tras haber enfrentado fuertes vientos. También informaron que había tenido fallas en las baterías eléctricas y en los colectores solares.
El difícil reto autoimpuesto
Antes de comenzar Savin se había fijado un severo plan de viaje: iba a remar 8 horas diarias sin parar para llegar en 80 días al Caribe. No le preocupaba que la estadía en el agua pudiera alterar su sueño: "Eso no es un problema, yo duermo fenomenal en cualquier sitio", había asegurado.
Tres años atrás se había lanzado a la deriva en un barril, pero antes de su reciente partida reconocía: “Siempre me he ubicado muy bien, pero ahora tengo un buen GPS. Ya nunca voy a la deriva".
RB/HB