INTERNACIONAL
Elecciones en Chile

Después del estallido y la pandemia, Chile vota hoy inclinado a los extremos

Los dos candidatos con más chances se ubican lejos del centro que gobernó desde el fin de la dictadura. Se descuenta que habrá una segunda vuelta.

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Opuestos. Gabriel Boric, ex dirigente estudiantil y apoyado por el PC. José Antonio Kast, un ultraderechista que elogia a Pinochet. | afp

Un poco más de quince millones de chilenos están habilitados para votar hoy en las elecciones para presidente, parlamentarios y consejeros regionales, en una primera vuelta presidencial disputada entre dos candidatos en las antípodas ideológicas, una izquierda cercana a la Convención Constituyente que prepara la próxima Carta Magna del país y una extrema derecha que reivindica a la dictadura de Augusto Pinochet. 

Nadie se atreve a hacer pronósticos presidenciales, aunque las encuestas arrojaron hace 20 días, último día que podían ser divulgadas, que los favoritos eran el ultraderechista José Antonio Kast y el representante de la izquierda Gabriel Boric y que con seguridad ninguno de ellos superará el 50% de los votos, por lo que habría una segunda vuelta, el 19 de diciembre.

Uno de los factores más importantes del los comicios será la participación, en un país donde el abstencionismo se ha convertido en casi regla general y donde la capacidad de las formaciones de movilizar a sus simpatizantes puede ser una de las claves que incline la balanza.

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En las últimas elecciones regionales, en junio, tan solo el 20 por ciento de los ciudadanos llamados a votar acudieron a depositar su voto. En las pasadas presidenciales, en 2017 cuando Piñera salió elegido por segunda vez, votó menos de la mitad del electorado.

Siete candidatos compiten por la primera magistratura en los comicios donde también se elegirán para los próximos cuatro años a los 155 integrantes de la Cámara de Diputados, a 27 de un total de 50 senadores por ocho años, y 302 consejeros regionales por cuatro años.

Además de Kast y Boric se destacan Sebastián Sichel, abanderado del oficialismo que lidera la coalición conservadora Chile Podemos Más, y Yasna Provoste, democristiana. Ambos son herederos de las dos grandes coaliciones, de derecha e izquierda, que gobernaron Chile desde la dictadura. 

“Las encuestas y sondeos, en general, no van a ser buenos predictores de esta elección porque estamos con la duda de si van a volver a votar los adultos, que lo dejaron de hacer por la pandemia”, explica el politólogo Marco Moreno. Esos adultos no fueron a votar para el plebiscito de octubre ni para la elección regional de junio, y son “1,2 millones de personas que sí lo hicieron hasta 2017”.

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Si bien para el plebiscito votó por primera vez el “votante joven, 30 años y menos, no todos votaron en junio”, explica Moreno, por lo que “yo diría que hay un tema con la participación en términos de composición sociodemográfica y etarios”.

Para el analista, luego de las derrotas sucesivas de la derecha en el plebiscito por una nueva Constitución y luego este año de convencionales, gobernadores, concejales y alcaldes, “podría pensarse que el país cambió, que tengamos una elección importante hacia la izquierda, pero no se tiene la certeza”.

“Más que preguntarse quién va a ganar estas elecciones, la verdadera pregunta es quién puede gobernar en un escenario bien complejo en lo institucional, económico, sanitario: “No va a haber una nueva Constitución en marzo, se acaba la plata dulce de los retiros (de los fondos de pensiones), de las arcas fiscales, y las demandas sociales son mayores con todo lo que han prometido los candidatos”, advirtió.

Esta elección presidencial se da en un marco de cambio de la Constitución, “que no solo va a modificar la relación entre el Estado y la economía o los derechos fundamentales, por ejemplo, sino que también puede terminar modificando el régimen político y que el presidencialismo chileno tal y como se conoce hasta ahora no continúe”, sostiene Jaime Baeza, académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.

En este contexto, pueden suceder diversos escenarios, destaca Baeza, “desde el más radical, que es poco probable que pase, de que se instaure un régimen completamente presidencialista, a otro en el que se implante un régimen semipresidencial a la francesa”. Inclusive cabe la posibilidad de que en virtud de la Constitución actual, los mandatos que resulten elegidos este domingo “queden vencidos” y como producto de la decisión que tome la convención “haya que llamar nuevamente a elecciones”.

Esta elección tiene una cifra récord de candidatos: 4 mil postulantes a cargos de elección popular, un 60% más que en las elecciones de 2017 donde se eligieron los mismos cargos. Además de los siete aspirantes presidenciales, hay 1.256 que postulan a la Cámara baja y 173 buscan un cupo en el Senado.

Como consejeros regionales se presentan 2.991 personas.

El cargo de presidente se define por mayoría absoluta –la mitad más uno–. Si ninguno consigue esa cantidad, entre los dos candidatos más votados se disputará el 19 de diciembre una segunda vuelta.

Las parlamentarias como consejeros regionales se definen por el método D’Hont, sistema proporcional que prioriza listas por sobre candidaturas individuales.