“¿Hablo con Obama, el verdadero Obama?”, pregunta un sorprendido Pánfilo que pensaba llamar al instituto meteorológico para saber si llovería durante un partido de beisbol. “Sí, dice Obama. ¿Quién habla? ¿El verdadero Pánfilo?”, pregunta luego ante la respuesta del cubano.
La conversación sirvió de excusa para exponer las renovadas relaciones que el gobierno norteamericano intenta construir con la Isla. “El pueblo cubano y el norteamericano son buenos amigos”, asegura Obama, quien es luego invitado a visitar la casa del comediante y hasta a dormir en su cama. “Somos hospitalarios”, asegura Pánfilo, luego de ofrecer ir a buscarlo al aeropuerto “en un carro moderno, un Moscovich”, en referencia a los viejos autos soviéticos que aún abundan en la isla.
“Nos vemos en La Habana”, saludó el presidente tras agradecer la hospitalidad del interlocutor.