El papa Francisco condenó "los numerosos escándalos" que han azotado a la iglesia, al reconocer que son "una vergüenza". Aunque no hizo referencia directa a ningún caso, las declaraciones del sumo pontífice llegan en el mismo momento en que un enviado de la Santa Sede comparece ante un organismo de la ONU por los abusos sexuales cometidos por religiosos.
"¿Nos avergonzamos? Tantos escándalos que yo no quiero mencionar singularmente, pero que todos sabemos cuáles... Escándalos, en los que algunos han tenido que pagar caro: ¡Y eso está bien! Se debe hacer así... ¡La vergüenza de la Iglesia!", exclamó el Papa durante su homilía en la residencia Santa Marta.
"¿Pero nos hemos avergonzado de estos escándalos, de estas derrotas de sacerdotes, obispos, laicos?", se interrogó.
Esas personajes "no tenían unan relación con Dios”, prosiguió. “Tenían un posición en la Iglesia, una posición de poder, y también de comodidad, pero no la palabra de Dios", repudió.
Pendiente. Las denuncias por abusos sexuales y pedofilia son el asunto más grave que afecta a la Iglesia católica.
Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI pidieron perdón público a las víctimas de abusos y decidieron ordenar la llamada "tolerancia cero" de cara a toda denuncia. Sin embargo, la Santa Sede se negó en diciembre a responder al cuestionario de la ONU enviado en julio en el que se le pedía explicaciones sobre los casos que examina la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En 2005, Benedicto XVI prometió apartar a todos los encubridores de abusos sexuales dentro de la Iglesia, pero no lo logró.
Con la llegada de Francisco, la Iglesia retomó esa iniciativa, expulsando a cardenales del mismo Vaticano. El pontífice creó a inicios de diciembre una comisión para ayudar a las víctimas de curas pedófilos y evitar nuevos casos.
Explicación. Monseñor Charles Scicluna, considerado una de las personalidades más severas de la jerarquía católica, fue escogido por el Vaticano para responder hoy en Ginebra al cuestionario de la ONU.
Scicluna se presentara ante los expertos del Comité sobre los Derechos del Niño de la ONU a propósito de los abusos sexuales cometidos contra menores por parte de religiosos católicos. Esta es la primera vez que la Santa Sede es cuestionada por una entidad internacional por haber encubierto durante décadas a curas pedófilos.
El comité de la ONU, con sede en Ginebra, deberá divulgar luego su informe acerca de la aplicación por parte de los 193 Estados miembros, entre ellos la Santa Sede, de la convención que protege a los niños, consignó la agencia AFP.
El comité no tiene poderes sobre la aplicación de la ley, pero un informe negativo podría resultar un golpe para la Iglesia católica, presidida desde marzo por el argentino Francisco, quien se comprometió a cambiar el rostro de la institución tras los escándalos que la han desprestigiado.
El Vaticano ratificó la convención de la ONU en 1990, mucho antes de que se multiplicaran las denuncias, primero en Irlanda y Estados Unidos, y luego se extendieran a medio mundo, incluso a América Latina.
En 1995, la iglesia estableció que toda denuncia de abusos a menores por parte de curas debe ser notificada a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
En 2011, sacudida por la magnitud del fenómeno, el Vaticano ordenó a todos los obispos del mundo que denuncien a la justicia ordinaria del propio país a los miembros del clero acusados de pedofilia.