Jim Nelligan se presentó a un concurso de pesca en el lago Michigan de la ciudad de Chicago y nunca se imaginó que sacaría del agua algo más que peces. Resultó que en la cola de uno de ellos encontró atado un anillo de boda de plata. La sorpresa fue tal que se difundió en los medios y se descubrió su procedencia y un dato más desconcertante aún: la joya está maldita.
El anillo que tiene un pequeño diamante y la inscripción "SDH Steel" era del capitán Jason Rose. El hombre estuvo casado durante diez años, pero cuatro atrás se divorció de su esposa aunque no se deshizo de la joya. Después de que le trajera varias desgracias decidió desprenderse del símbolo de su amor el pasado 4 de mayo de una forma fuera de la habitual, por lo que lo ató a la cola de un pez y lo soltó al lago Michigan.
"Sentí que tenía que deshacerme de ese anillo, pero no quería simplemente arrojarlo al fondo del lago, empeñarlo o algo así. Así que lo lancé de la mejor manera que sé. Estoy convencido de que está maldito. Mi vida ha sido genial desde que lo tiré", expresó el capitán al Chicago Sun Times.
"Soy pescador. Ella siempre estuvo en mi contra cuando perseguía mis sueños y odiaba lo mucho que pescaba", dijo sobre su ex pareja Rose. Con ese gesto, el capitán creyó que ya nunca más sabría del paradero del anillo. Sin embargo, siete semanas después, el 21 de junio, reapareció cuando el barco "Gre Lion II" de Nelligan lo pescó durante una competencia.
Nelligan coincidió en afirmar que podría ser que la joya atraiga la mala suerte: "Este anillo está maldito. Desde que lo encontré, tuve problemas con los controles del motor, el interruptor para levantar el piso del timón, con la manguera de mi muelle...". "Creo que se lo devolveremos por correo a su dueño, sin dirección de retorno", bromeó.
Todavía no trascendió que sucedió finalmente con el anillo, si Nelligan decidió devolvérselo a su dueño original, fundirlo, venderlo o seguir los pasos de Rose y atarlo a otro pez para que lo mantenga escondido en las frías aguas del lago Michigan.
B.D.N./FeL