La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón pidió a los trabajadores que permanecen en la central nuclear de Fukushima (Daiichi) que abandonen el recinto por el alto riesgo de radiación.
Se cree que las emisiones de radiación pueden proceder de los reactores números 2 y 3 de la planta, mientras que en el 4 se declaró un incendio que estaría controlado, aunque no extinguido.
El nivel de ionización llegó a superar brevemente en la planta los 10 milisievert y, debido al alto nivel de radiación, los trabajadores han tenido que detener las labores de refrigeración. Lo próximo será inyectar agua marina y boro desde helicopteros.
Estado de los contenedores. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) admitió que la contención primaria del reactor 2 "puede tener afectada su integridad".
Parte de la estructura que protege al reactor número 3 puede haber quedado dañada y estar emitiendo un alto nivel de radiación, reconoció el portavoz del Gobierno nipón, Yukio Edano.
De este reactor salieron esta mañana columnas de humo blanco, que, según Edano, es vapor procedente de la piscina donde se almacenan barras de combustible atómico ya utilizadas.
Por otra parte, el vocero anunció que el Gobierno ha autorizado elevar a 250 milisievert el límite para los empleados de Fukushima por la situación de emergencia nuclear por la crisis nuclear. La medida, aprobada por los ministerios de Sanidad y Trabajo, permitirá a los operarios volver a las labores como la refrigeración de los reactores averiados, aunque no se sabe si habrá un impacto sobre la salud.
Según informan diversas agencias, en el cuarto piso del tercer reactor hay un agujero de ocho metros de diámetro y se puede ver el interior a través del boquete causado por otro fuego.
Hoy también se informó de que han quedado total o parcialmente dañadas las barras de combustible atómico de los reactores 1 y 2 por la situación creada en la planta tras el terremoto del día 11. Además, continúa bajando el nivel del agua en el reactor 5, apagado al igual que el 6 pero en el que también hay problemas.
La agencia Kyodo alertó (atribuyéndole la información a TEPCO) sobre daños del 70% en las barras de combustible del reactor 1 y del 33% en el 2. Este sería el primer paso para que se funda el núcleo, ya que las barras de combustible se calientan y comienzan a fundirse con los elementos metálicos de las varillas que los contienen. Se forma entonces un magma metálico muy radiactivo. Si la contención soporta el material, puede quedar dentro del edificio. Si la contención falla y esa radiación sale fuera la tragedia podría alcanzar consecuencias imprevisibles.
Un empleado de la planta fue quien descubrió el fuego en el reactor 4 a las 5.45 de la mañana (hora local), un foco reavivado del incendio del día antes. La Compañía de Electricidad de Tokio (TEPCO), responsable de la planta, asegura que está intentando controlarlo y prevé rociar el reactor con ácido bórico (un inhibidor de las llamas). Los ingenieros de la central han explicado en la televisión japonesa NHK que se plantean inyectar agua en el reactor 4 desde helicópteros, puesto que el edificio es inaccesible por tierra debido a los altos niveles de radiación. El problema es que una inyección desde arriba podría ser demasiado violento y provocar accidentes como grietas o desbordes.
Una situación cada vez más grave. De acuerdo con noticias publicadas hoy por el diario español El País, las dudas sobre qué está pasando en la nuclear y cómo se está gestionando crecen por la falta de información de Japón. Los reactores 4, 5 y 6 de la central no estaban operativos cuando el terremoto y el tsunami, por lo que Tokio siempre los dejó fuera de sus advertencias. Hasta que el lunes llegó el anuncio de que los dos incendios en la piscina de combustible gastado del 4 habían generado una nube radiactiva. A esto se añadió que las piscinas de combustible de los reactores 5 y 6 se estaban calentando, por eso TEPCO ha comenzado a refrigerarlos.
El primer ministro Naoto Kan confesó ayer que "está creciendo el peligro de más fugas radiactivas" y llamó a la población a no salir de sus casas. No obstante, los extranjeros comenzaron a ser evacuados a través de sus embajadas. Hasta el momento, se calcula que ya son 10 mil los muertos por el terremoto y el tsunami.
El perfil bajo del Gobierno nipón comienza a mostrar grietas a medida que crece la incertidumbre. "Cuanto más lejos estén de la central, más seguros estarán", afirmó Edano durante una conferencia de prensa. "Ahora hablamos de niveles [de radiación] que pueden tener un impacto en la salud", remarcó.