Cuando Sanna Marin fue elegida primera ministra de Finlandia en 2019, le preguntaron sobre el hecho de que se había convertido en la mandataria más joven de la historia de su país y segura de sí misma expresó: "Mis pensamientos han estado en cosas prácticas y no he seguido mucho lo que la prensa ha estado escribiendo".
La gobernante finlandesa fue cuestionada recientemente por mostrarse de fiesta en un boliche, incluso se realizó a una prueba de drogas para limpiar su reputación, que dio negativa. El pasado martes 23 de agosto, Sanna Marin tuvo que disculparse por la publicación de un video de dos mujeres en topless en la residencia oficial.
A partir del anterior suceso se disculpó ante la prensa local diciendo: "Creo que esa foto no es apropiada, me disculpo por ello. No deberían haber tomado esa foto, pero por lo demás no ocurrió nada extraordinario durante aquella noche". Este miércoles pasado volvió a referirse, ahora más emotiva se defendió, diciendo que es humana y tiene derecho a la alegría y la vida.
Más allá de las situaciones que la involucran, ha escalado de manera tan veloz desde que entró a la política hace 10 años que ya se ha posicionado como figura política de renombre desde hace tiempo.
Su familia y su situación económica en su adolescencia le aportaron experiencia para decidir meterse en la política en 2012. La gobernante explica que fue criada por dos mujeres, su mamá -quien se separó del papá alcohólico de Sanna- y su novia.
En su adolescencia, su familia estaba en una situación económica desfavorable y necesitaban planes sociales para sobrevivir. Teniendo en cuenta esto, empezó a trabajar en una panadería para ayudar a su familia.
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Tras egresar del secundario, estudió Ciencias Administrativas en la Universidad de Tempere y entre tanto, como ella dice, no creía tener posibilidades dentro del ámbito político. Sin embargo, a los 20 años se afilió al Partido Socialdemócrata y en 2007 se postuló para las elecciones municipales de su pueblo natal, Tempere, en las cuales perdió. Su primer triunfo lo consiguió en 2012, cuando con 826 votos entró al Ayuntamiento de Tempere como concejal.
A partir de ese año su carrera empezó a escalar de manera exponencial. Entre 2013 y 2017 tuvo dos mandatos como presidenta del Ayuntamiento. En 2014, se hace con la vicepresidencia del Partido Socialdemócrata y un año más tarde, los ciudadanos finlandeses la eligieron para representar a la región de Pirkanmaa en el Parlamento de Finlandia.
El estrellato definitivo de su popularidad llegó en junio de 2019 cuando se convirtió en Ministra de Transporte y Comunicaciones, en un gobierno de coalición de centroizquierda, constituido por la mayoría socialdemócrata, los Verdes, el Partido del Centro, la Alianza de Izquierdas y el pequeño Partido Popular Sueco.
Meses más tarde, en diciembre el primer ministro Antti Rinne dimitió ante la posible moción de censura que presentaría la oposición, que lo acusaba de no llevar a cabo efectivamente las decisiones en un conflicto laboral en Posti, la empresa de correos perteneciente al Estado.
Tras esto, el Partido Socialdemócrata postuló a Marin como candidata a primera ministra y el 10 de diciembre de 2019 se convirtió en primera ministra frente al visto bueno del parlamento finlandés, que mantuvo 99 votos a favor y 70 en contra.
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Su gabinete, conformado por 19 ministerios, tuvo 12 mujeres y algunas de ellas en los puestos más importantes, como el ministerio de Economía, Interior, Educación y Justicia.
Finalmente, en 2020 logró posicionarse como presidenta del Partido Socialdemócrata.
Marin ha logrado llegar a lo más alto del poder gracias a su gran influencia tanto en la política finlandesa como en la opinión pública. La experiencia única que vivió en su infancia y juventud, las decisiones difíciles que debió tomar y situaciones que afrontó, la formaron como política a través de ideales que tomó como propios.