En la madrugada de este lunes 15 de enero, Bernardo Arévalo asumió como presidente de Guatemala tras una tensa jornada en el Congreso y meses de una embestida judicial atribuida a su promesa de luchar contra los corruptos de la élite político-económica del país.
El sociólogo socialdemócrata de 65 años esperó el momento de su investidura durante más de nueve horas en el Teatro Nacional, ubicado en la capital, mientras que los diputados de la anterior y nueva legislatura tuvieron una inédita sesión parlamentaria con discusiones a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.
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Poco después de la medianoche, Arévalo juró como presidente para darle inicio a su mandato de cuatro años en reemplazo del conservador Alejandro Giammattei, quien estuvo ausente en la ceremonia y cuya gestión se vio marcada por repetidos escándalos de corrupción.
"Me llena de profundo honor asumir esta alta responsabilidad", manifestó el guatemalteco en sus primeras declaraciones como mandatario y se comprometió a "rescatar a Guatemala de la corrupción y la impunidad". "Nos hemos enfrentado a complejas tensiones y desafíos que llevaron a muchos a creer que estábamos destinados a un retroceso autoritario", añadió.
Cuando faltaban horas para jurar como presidente, Arévalo convocó a sus seguidores a reunirse en la Plaza de la Constitución para "festejar la nueva primavera en Guatemala", quienes no duraron en acercarse para esperar al nuevo presidente con música y bailes.
Fue en junio de 2023 cuando el también exdiplomático pasó a la segunda vuelta junto a una candidata conservadora aliada del oficialismo, sobre quien se impuso con un 60% de los votos de la mano de su mensaje anticorrupción.
Desde su triunfo electoral, Arévalo y su partido, el Movimiento Semilla, enfrentaron una ofensiva judicial que el presidente electo denunció como un "golpe de Estado", por el que responsabilizaba a la élite política y económica que regía en el país hasta el momento.
La Fiscalía intentó retirarle la inmunidad de presidente electo, desarticular su partido político y anular los comicios, alegando anomalías electorales. Dicha embestida fue condenada por la ONU, la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos, en consecuencia, la comunidad internacional instó al Congreso a cumplir con la voluntad de los guatemaltecos.
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De esta manera, este lunes, tras horas de debate, el Congreso saliente declaró independientes a los 23 diputados del Semilla, argumentando que esto obedecía la orden judicial que suspendió temporalmente al partido por supuestas irregularidad en su creación en 2017.
Sin embargo, tras la instalación del nuevo parlamento, Semilla junto a otros partidos políticos logró revertir la decisión y recuperar su bancada junto a la presidencia del Congreso.
No obstante, analistas que estudiaron la situación no descartan que la Fiscalía continúe la persecución y solicite al Congreso retirarle la inmunidad al presidente, por lo que Arévalo dijo que esta semana le pedirá la renuncia a la fiscal Consuelo Porras, a la cabeza de la ofensiva judicial y ratificada en su puesto por Giammattei hasta 2026.
AS/ff
