En una ronda de prensa en Ginebra, el portavoz de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó que “se ha llegado a la cifra de tres millones de personas” que se han visto forzadas a desplazarse por la invasión rusa. De ésta cifra, 1,4 millones son niños, representando “prácticamente un niño por segundo”, según detalló James Elder, vocero de Unicef.
More than 3 million people have fled #Ukraine because of the #war in the last 20 days.
— IOM Ukraine (@IOMUkraine) March 15, 2022
📍 150,000 people every day
📍 6,250 people every hour
📍 104 people every minute
📍 2 people every second pic.twitter.com/wkPJoiJrwT
Elder destacó que esta es una crisis que “no tiene precedentes” debido a su magnitud y velocidad. Además, implica un gran riesgo para los niños y niñas que una vez separados de sus padres se ven expuestos a “sufrir violencias, ser explotados sexualmente o servir al tráfico de personas”.
Asimismo, la OIM detalló que el número incluye a 157 mil ciudadanos de otros países que también huyen de Ucrania. La mayor parte de los refugiados son recibidos en Polonia, país qué tiene frontera con ese país, aunque también Rumania, Hungría y Moldavia han recibido un importante número de personas.
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Además, desde que comenzó la invasión rusa al país ucraniano hace ya 20 días, son más de 2.500 los fallecidos. Mientras tanto, avanzan las negociaciones para llegar a un acuerdo entre ambos países.
El comportamiento “errático” de Vladimir Putin
Por otra parte, en tanto se desarrolla la invasión que comenzó el día 24 de febrero cuando las fuerzas rusas ingresaron al territorio ucraniano, las agencias de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda compartieron informes que alertan sobre la salud del presidente ruso. Según fuentes internas del Kremlin, Putin tiene contínuos arrebatos por los medicamentos que debe tomar.
“Putin es un hipocondríaco conocido" consignó el New York Post, lo que explicaría el gran distanciamiento que sostiene con quienes lo visitan. Tal es el caso cuando el pasado 11 de febrero, previo a la invasión, se reunió con Emmanuel Macron y la distancia entre ambos fue a tal punto que el vocero del Kremlin debió aclarar que el gesto “no interfiere con las negociaciones de ninguna manera”.
Asimismo, las servicios de inteligencia revelan que en los último años las decisiones del mandatario ruso han sufrido “un cambio identificable” y las hipótesis dicen que podría ser víctima de Parkinson o una forma demencia senil prematura.