El ébola es una enfermedad atemorizante. Altamente contagiosa, provoca la muerte de alrededor del 60% de los pacientes, que sufren deshidratación y hemorragias, y aún no hay cura conocida. En el noroeste africano, donde se originó por primera vez en 1976 y donde la epidemia resurgió en los últimos meses, el temor por los síntomas es tal que muchos pacientes prefieren esconder su condición antes que sufrir el estigma.
Eso le pasó a un hombre que estaba en cuarentena en una clínica de Monrovia, capital de Liberia. En busca de comida, el paciente escapó del centro de observación de Médicos Sin Fronteras (MSF) hacia un mercado local, donde sembró el pánico.
Como puede verse en el video publicado por la agencia Reuters, el joven, descalzo y con camiseta roja, lleva un palo para protegerse de los transeúntes que lo increpan, aunque sin acercarse a él por temor al contagio.
Personal del centro de aislamiento, con el traje de protección, lo persiguieron para hablar con él y tratar de convencerlo de que vuelva al centro médico. Ante su negativa, lo reducen y, a la fuerza, lo meten en una camioneta.
"El paciente abandonó la zona de casos sospechosos de nuestro centro en Monrovia después de que empezó a sentirse desorientado. Un equipo lo siguió hasta el barrio y le trajo de vuelta para proporcionarle atención médica. Poco después fue dado de alta", informó MSF en un comunicado, según el diario español El País.
"Lógicamente hay un gran miedo y estigmatización en torno al Ébola en África occidental, lo que hace que el trabajo de promoción de la salud sea una parte muy importante de la respuesta. Además de la pérdida de vidas a causa de la enfermedad, las comunidades afectadas deben hacer frente también a las consecuencias del Ébola. Todo ello hace que sea más urgente la movilización de recursos, apoyo logístico y suministro por parte de la comunidad internacional", completó la organización.