En el Reino Unido está cobrando cada vez más relevancia la convocatoria a no pagar las tarifas de luz y gas hasta que no se ponga freno a la crecida inflacionaria de esos servicios. Más de 107.000 personas están dispuestas a cancelar sus débitos automáticos para protestar contra la subida de los precios de la energía.
Son diversas las razones que motivan a quienes se adhieren a la medida: principios, falta de recursos, necesidad de denunciar la injusticia. En este momento el movimiento “No pagues” está en pleno apogeo.
Organizaciones sociales ven con preocupación que la pobreza energética pueda duplicarse y alcance los 12 millones de hogares y, por otro lado, Ofgem, el organismo regulador de la energía, advierte del riesgo de que le corten el gas y la electricidad.
Las previsiones actuales evalúan que las facturas aumentarán un 300% respecto de octubre del año pasado y que en enero las facturas podrían alcanzar las 5.000 libras esterlinas o casi 6.000 euros. Esto representa la mayor inflación en el Reino Unido desde hace más de 40 años.
El origen del movimiento “No pagues”
La iniciativa “No pagues” (“Don´t pay”) se puso en marcha durante una manifestación sindical en junio y sumó adeptos luego de que se conocieran las ganancias récord de de empresas energéticas como Shell Plc y Centrica Plc, que suministran gas a casi un tercio de los hogares del Reino Unido.
RB/ MCP