"No podemos ejecutarlo porque no conseguimos las drogas necesarias para las inyecciones letales". Tras más de 30 años en el corredor de la muerte en una cárcel de Ohio, la ejecución de Keith LaMar estaba prevista para noviembre, pero ha sido pospuesta hasta 2027, porque el estado de Ohio no consigue que proveedores farmacéuticos aporten las drogas utilizadas en "cóctel" mortal de las ejecuciones.
"La nueva fecha para la ejecución se ha pasado al 13 de enero de 2027", dijo en un comunicado del gobernador de Ohio, Mike DeWine, culpando de la situación a los "problemas de voluntad de los proveedores farmacéuticos para proporcionar drogas al Departamento de Rehabilitación y Corrección de Ohio".
En abril pasado, DeWine ya había pospuesto hasta 2026, por las mismas razones otras ejecuciones previstas para agosto, septiembre y octubre de este año. Desde 2018 no se han vuelto a llevar a cabo ejecuciones en Ohio. Según señalan, un creciente número de empresas farmacéuticas se niegan a fabricar la inyección letal que se administra a los condenados a muerte.
Quién es Keith LaMar, condenado a muerte en Ohio
Keith LaMar, de 54 años, fue condenado a la pena capital por el homicidio de cinco de los 9 compañeros y un guardia que murieron en un motín en abril de 1993 en la cárcel donde ya cumplía una condena, al cabo de un juicio según él salpicado de irregularidades, como la destrucción de pruebas y el ocultamiento de información que podría haberlo exculpado.
Este afroamericano que siempre ha negado su culpabilidad en la muerte de ninguno de los reclusos, ha pasado la mayor parte de las tres décadas que lleva aguardando su ejecución en aislamiento en una cárcel de máxima seguridad del estado de Ohio.
"Tres años pueden pasar en un cerrar de ojos, por lo que redoblaremos nuestros esfuerzos y energía para resolver esta locura de una vez por todas", dice LaMar en un mensaje enviado a la AFP, en el que agradece a aquellos que le han apoyado que le hayan insuflado "la fe y la creencia de que las mejores cosas son todavía posibles".
En la cárcel desde los 19 años por el homicidio de un viejo amigo por una disputa de drogas, en la década de 1980, LaMar asegura que tras el motín, las autoridades carcelarias le pidieron que delatara a los responsables, a cambio de una reducción de condena, a lo que se negó.
Estados Unidos: el primer ejecutado de 2022, víctima de un terrible cóctel letal
LaMar, que escribió un libro contando su historia y clamando su inocencia, ha luchado por que se reabra su caso y tenga un juicio justo. "Cuando eres pobre, negro en un país racista, somos pobres condenados", señaló en una entrevista el pasado año a la AFP desde el corredor de la muerte.
En los dos últimos años, su causa ha dado un vuelco. Además de un equipo de abogados que trata de reabrir el caso, un grupo de músicos de jazz- la música que le salvó en los confines de su soledad - libran una campaña para exigir "Justicia para Keith LaMar".
Desde el teléfono en el corredor de la muerte, LaMar ha grabado un disco con la banda del español Albert Marqués, y ha participado en los numerosos conciertos que han dado en países como España, Francia, Chile y en varias ciudades de Estados Unidos, como uno más del grupo. "Sigamos pidiendo justicia, estamos casi ahí", dice LaMar en su mensaje de esperanza. Mientras tanto, las inyecciones letales que no llegaron le permitirán seguir con su lucha al menos hasta 2027.
AFP/HB