El 7 de diciembre de 1982 se utilizó por primera vez en el mundo la inyección letal para ejecutar la pena de muerte. Fue en una cárcel de Texas, en Estados Unidos.
Hasta entonces, el tormento formaba parte del castigo y ayudaba a sentar un precedente a quienes seguían transgrediendo. Esta tortura se eliminó con la inyección letal que suponía ser indolora y de rápida acción. Es el método más usado en Estados Unidos y otros países del mundo que practican la pena de muerte.
El primer ejecutado con inyección letal fue Charles Brooks, ese 7 de diciembre de 1982. Su uso se aprobó por primera vez en 1977, en los estados de Oklahoma y Texas. Fue Jay Chapman quien desarrolló la fórmula. Un médico forense en E.E.U.U. que, sin embargo, no tenía suficiente pericia en farmacología o anestesia.
La inyección letal fue el último método incorporado para aplicar la pena de muerte. Las decapitaciones con el hacha, la silla eléctrica, el fusilamiento con el tiro en la nuca y la cámara de gas son algunas de las formas de ejecución que existían antes de la inyección letal.
Inyección letal, pena de muerte eficaz
Según el Centro de información de pena de muerte (Death Penalty Information Center) en Estados Unidos, se contabilizan desde 1976, unos 1359 casos de muerte por inyección letal, a esto le siguen 163 electrocuciones, 11 muertes con cámara de gas y 3 ahorcados. Esta inyección es utilizada también en las prisiones de Guatemala, Filipinas y China. En EEUU la pena de muerte está vigente en 38 estados de los 50 y en todos se puede usar la inyección letal.
La sustancia es un barbitúrico de acción letal, que se inyecta de manera endovenosa y contínua en cantidades mortales. Se combina con un producto químico paralizante. En Texas se usan tres sustancias al mismo tiempo. La primera es tiopental sódico, que hace perder el conocimiento; la segunda, bromuro de pancuronio, que paraliza el diafragma y corta la respiración; y cloruro de potasio, para provocar un paro cardíaco.
Antes de 1982, se utilizaban sustancias letales para los experimentos y las ejecuciones realizadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos murieron con este tipo de inyecciones en los campos de exterminio.
Mucho antes, Sócrates había sido condenado a beber la cicuta, un veneno mortal, luego de haber sido acusado de pervertir a la juventud con sus enseñanzas.
Muerte endovenosa
Según el protocolo aprobado, se toman dos vías, una en cada brazo. Solo una vía recibe los medicamentos y la otra está reservada por si algo fallase en la primera. Inicialmente se coloca el fármaco que anestesia y luego las sustancias que ocasionan la muerte. El que prepara la cánula es un técnico entrenado y no un médico. Pero debe estar presente un médico en medio de la ejecución. Siete minutos después aproximadamente, llega la muerte.
El hecho de que esté presente un médico en estas ejecuciones, ha sido muy cuestionado, debido a la ética de su profesión. Según el juramento hipocrático que realizaron al graduarse, el médico se comprometió a preservar la vida y jamás apoyar la muerte.
Esta actividad letal ha tenido algunos problemas en su aplicación. Cuando el preso tiene venas cicatrizadas por uso indebido de drogas, se podría realizar una operación para encontrar la vena. Si existiera forcejeo, el veneno podría entrar en alguna arteria o músculo y causar dolor. El componente puede espesarse, si no está mezclado correctamente, y obstruir las venas. Si la sustancia no actúa inmediatamente, el preso se daría cuenta de que se está ahogando.
Un caso similar ocurrió el 28 de octubre de este año. Se reabrió la discusión de la pena de muerte en E.E.U.U. debido a que un hombre condenado a la inyección letal en el Estado de Oklahoma convulsionó y vomitó varias veces antes de morir. Aunque la versión oficial de la policía indicó que todo ocurrió con normalidad, los periodistas presentes revelaron que el hombre se estremeció varias veces.
Gracias a la presión de los activistas de Derechos Humanos, algunos laboratorios que producen las sustancias que componen la inyección letal, ya no operan en Estados Unidos. Ese fue el caso de Hospira, quien era el único fabricante de tiopenato de sodio, y trasladó el laboratorio a Italia con la condición de que no se usara en ejecuciones.
Inyección letal con fórmula simplificada
Por esta razón, desde el 2012 Texas desarrollo la inyección letal compuesta por una sola sustancia: pentobarbital. Con esto el Departamento de Justicia Criminal del Estado, desarrolló un nuevo protocolo. Y Yokamon Hearn, de 33 años, fue el primer recluso de Texas que murió con la nueva fórmula. Los estados que ahora utilizan la dosis de una sola sustancia son Texas, Ohio, Washington, Idaho y Arizona.
En Argentina, la pena de muerte ha muerto y resucitado varias veces. Fue abolida nuevamente para delitos comunes en junio de 1984 durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Pero finalmente el 6 de agosto de 2008 el Congreso de la Nación Argentina eliminó el Código de Justicia Militar que aplicaba la pena de muerte en el país. Como Argentina, 19 países latinoamericanos abolieron la pena de muerte, entre ellos Ecuador, Chile, Bolivia, Colombia, Perú, Panamá y Venezuela.
Para Amnistía Internacional, el método de ejecución no es el problema sino la pena misma, que debería ser abolida, según el organismo. Toda ejecución viola los derechos humanos fundamentales.
MM/FeL