Doce personas, nueve de ellas pertenecientes a una misma familia, murieron este fin de semana en la región de Palermo, en la isla italiana de Sicilia. En la última semana, ya son más de 30 las víctimas fatales por las inundaciones y el mal tiempo que afecta a todo el país.
Los cuerpos de los nueve miembros de la familia, entre ellos niños de uno, tres y 15 años de edad, fueron hallados en su residencia temporal en Casteldaccia, que estaba construida al borde de un arroyo, según informaron los bomberos a AFP. Las otras víctimas tenían entre 32 y 65 años.
La casa rural de estos habitantes de Palermo se inundó tras el desborde de un riachuelo por las fuertes lluvias que tuvieron lugar el sábado. De esa misma familia, otras tres personas lograron salvarse de la crecida.
Uno de ellos es un hombre de 35 años, Giuseppe Giordano, que perdió a su esposa, a otros dos hijos, a sus padres, a un hermano, a una hermana, a un sobrino y a la abuela de ese sobrino. Su hija de 12 años logró salir a tiempo de la casa con su tío, y ambos lograron escapar.
"Estoy destrozado", dijo el hombre a la agencia italiana Agi, y relató que logró salvarse porque pudo trepar a un árbol, donde tuvo que permanecer por dos horas.
En tanto, por los desastres ocurridos se abrió una investigación que buscará determinar si las casas próximas al río fueron construidas respetando la legislación. La misma estipula que tiene que haber un margen de 150 metros hasta el lecho del río.
Las autoridades italianas ordenaron al Ejército que compruebe las condiciones de las principales rutas de Sicilia, donde la circulación quedó interrumpida en varios puntos.
Según informaron autoridades de Casteldaccia, al parecer la casa alquilada por la familia se encontraba en una zona donde no se podía construir, y tenía que ser demolida. Para prevenir daños, las autoridades italianas ordenaron al Ejército que compruebe las condiciones de las principales rutas de Sicilia, donde la circulación quedó interrumpida en varios puntos.
Las lluvias torrenciales y los fuertes vientos ya causaron 20 muertos esta misma semana en otras regiones italianas, según un recuento de los servicios de protección civil de ese país.
“Se necesitarán 40.000 millones de euros para que todo el territorio nacional vuelva a estar seguro", dijo el ministro del Interior italiano.
El patrimonio natural en el norte de Italia también sufrió un grave impacto: en la región del Véneto, los bosques en las montañas de los Dolomitas quedaron prácticamente devastados, luego de los fuertes vientos que sucedieron el jueves.
El gobernador de esa región, Luca Zaia, lo comparó el nivel de los daños con los "efectos de un terremoto". El temporal arrasó "100.000 hectáreas de pinos", precisó Zaia.
Por su parte, el ministro italiano de Interior, Matteo Salvini, estimó que necesitarán “40.000 millones de euros para que todo el territorio nacional vuelva a estar seguro". En la misma línea, la protección civil italiana consideró esta ola de mal tiempo como "una de las situaciones meteorológicas más complejas en los últimos 60 años".
A.G./F.F.