Lo llaman el Volcán de Fuego, es uno de los más activos de América y normalmente arroja cenizas y gas sobre una zona al oeste de la capital de Guatemala. El 3 de junio entró en erupción con una furia inédita en más de un siglo, con rocas fundidas a 1.300 grados y nubes de ceniza negra que asfixiaron aldeas y enterraron vivas a al menos 194 personas. Otras 234 están desaparecidas. El argentino Rodrigo Abd es uno de los fotoperiodistas de The Associated Press que fue al lugar.
Mientras cubría la noticia, Abd consideró cómo podría captar mejor el poder destructivo del volcán y la magnitud del drama que se desató en minutos. ¿Cómo documentar la tragedia -de vidas y del paisaje arrasado- en una película de 35mm? Decidió que era necesario emplear un formato panorámico para contar esta historia de aniquilación. La película en blanco y negro mostraría mejor las aldeas sepultadas en cenizas como San Miguel Los Lotes.
Observando a través de su lente y de nubes de ceniza caliente, encontró a Elmer Vázquez buscando a su esposa y cinco hijos en el lugar donde creía que había estado la vivienda familiar. El agricultor parecía destrozado cuando inspeccionaba a los hoyos excavados por una topadora allí donde veía restos humanos o pedazos de ropa hecha girones que podría haber pertenecido a su familia.
En una morgue improvisada, los cuerpos de docenas de víctimas envueltas en bolsas blancas formaban una especie de pasillo silencioso que llevaba a dos forenses exhaustos descansando tras días y noches trabajando sin parar. En el exterior de la morgue, los ansiosos familiares esperaban los resultados de las pruebas de ADN para ver si sus seres queridos estaban dentro, mientras otros se preparaban para celebrar entierros dignos en el cementerio de la localidad.
Pero en San Miguel Los Lotes el drama no terminó en esos primeros días. Diez días después de la erupción del volcán, Angelica María Álvarez seguía buscando a su esposo, dos hijas y otros nueve familiares en una casa convertida en hierros retorcidos y cenizas calientes. A seis meses de lo que ahora se conoce como “El Coloso”, los familiares siguen buscando a sus parientes desaparecidos por sus propios medios luego de que gobierno y ONGs cancelasen el operativo para dar con las víctimas mortales.
A.P./D.S.