INTERNACIONAL
Choques con Lacalle Pou

Uruguay: el canciller se fue en medio de polémicas

Desacuerdos profundos con el presidente aceleraron la partida de Ernesto Talvi. Lo reemplazará Francisco Bustilllo, amigo personal de Alberto Fernández.

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Su partido es socio del gobierno. Lo reemplazará un ex embajador en Buenos Aires. | AFP

Una serie de desencuentros personales y políticos entre Ernesto Talvi, quien se desempeñara como canciller de Uruguay hasta hace pocas horas, los funcionarios de Cancillería y, sobre todo, el presidente Luis Lacalle Pou, desembocó en la renuncia anticipada del doctor en Economía por la Universidad de Chicago y líder de Ciudadanos, el hasta ahora sector mayoritario del Partido Colorado.

Precisamente esa colectividad es la principal socia del Partido Nacional en la coalición al mando del país vecino, pero a pesar de la tormenta de las últimas horas, el otro de los líderes colorados, Julio María Sanguinetti, tiene una relación inmejorable con Lacalle Pou.

Tras la victoria electoral, en lugar de quedarse en su banca en el Senado y desde ahí construir poder, Talvi aceptó ser ministro. Pero desde la cartera, que manejó con altísima eficiencia, imprimió un toque personalista y muchas veces inconsulto, que fastidió no solo a Lacalle sino a buena parte de los votantes colorados.

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Las gestiones de quien estuviera al mando del ministerio por cuatro meses fueron aplaudidas no solo por la clase política, sino por la sociedad civil más allá de las diferencias partidarias, lo que además se reflejó internacionalmente gracias a complejas tratativas de repatriación humanitaria que permitieron que miles de uruguayos varados en el exterior retornaran a su hogar, y que muchos extranjeros a los que la pandemia dejó virtualmente aislados pudieran hacer lo mismo.

Un ejemplo paradigmático fue el del crucero Greg Mortimer, que Uruguay acogió asumiendo todos los riesgos, y a cuyos pasajeros y cuya tripulación se les garantizó el cuidado de la salud y un regreso seguro a casa.

Pero muy pronto, la gestión de Talvi, quien no habla hace meses con el dos veces ex presidente Sanguinetti, comenzó a ser vista con desconfianza por el Partido Nacional, al que, más que los actos propios de gestión, le fastidió lo que consideró una sucesión de “actos propagandísticos tendientes a endiosar” el rol del canciller.

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Un canciller que chocó con el presidente también por la designación de los próximos embajadores en Argentina y en Estados Unidos, que discrepó respecto de la elección del responsable del BID, que causó polémica al no querer calificar públicamente a Venezuela como una dictadura, y que presentó un plan para una “diplomacia comercial 5.0” sin que el Poder Ejecutivo supiera anticipadamente de qué se trataba.

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La polémica carta de renuncia en la que deja claro que no se quería ir.

Su salida, llena de vértigo, se dio antes de lo esperado, lo cual se refleja en la carta de renuncia que Talvi hizo pública el día antes de la Cumbre del Mercosur, y en la que no eligió el lenguaje diplomático: “Tal como se lo manifesté oportunamente, mi intención era seguir en la Cancillería hasta fin de año”, sostiene.

El próximo lunes 6 de julio asumirá el actual embajador uruguayo en España y ex embajador en Argentina durante la primera presidencia de Tabaré Vázquez, Francisco Bustillo, acaso el más político de los diplomáticos de carrera orientales, dado que, independientemente de su simpatía por el Partido Nacional y de su intimidad con el círculo estrecho de Lacalle, tiene una relación excelente con Vázquez y con Alberto Fernández, de quien es amigo personal.

CP