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MODO FONTEVECCHIA
Política y espectáculos

Diego Guebel: "No creo que a la gente le interese ver un Hotel de los políticos"

El productor televisivo habló sobre el futuro de la televisión abierta y destacó que aún sigue ofreciendo productos a un público de forma “masiva”.

Diego Guebel
Diego Guebel | CAPRICA - Carolina Camps

En diálogo con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil, Diego Guebel, el productor televisivo de grandes éxitos como “Masterchef” y el "Hotel de los Famosos", habló sobre cómo será la televisión en los próximos cinco años tras el crecimiento exponencial qué han tenido las plataformas de streaming. También reflexionó sobre hacia dónde van los intereses de las audiencias y destacó que la gente ya no está tan interesada en ver programas de espectáculos sobre políticos ya que tienen un gran “rechazo a la política”. 

JF: Respecto al Hotel de los Famosos, en Brasil fue un éxito arrollador. ¿Qué lectura hacés del boom del Hotel de los famosos? ¿Creés que el cholulismo por las celebridades es algo perenne en la condición humana? ¿Qué reflexión tenés sobre eso?
DG:
El cholulismo atraviesa a todos, las ganas de conocer a las personas "más conocidas". En términos televisivos, lo que sucede cuando planteás un programa con famosos, sea Masterchef, el Hotel o cualquier programa que tenga famosos, lo que hace es acelerar la curva de conocimiento que tiene alguien respecto a un programa. Hay una construcción más lenta en los programas con gente que no es conocida o con talentos amateur. En el momento en el que la televisión abierta compite con tantas plataformas, a veces no hay tiempo para que se genere esa curva. Cuando vas con famosos es como un auto eléctrico que va con toda la potencia desde el momento uno. A la gente le divierte, le interesan las celebridades.

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JF: Sos más masivo de lo que eras cuando eras dueño de Cuatro Cabezas. ¿A qué atribuís tu experiencia de haber vivido en el exterior y volver a la Argentina y qué te dejó esa experiencia?
DG:
Nosotros trabajamos cuando teníamos la productora Cuatro Cabezas trabajamos acá, en Chile, en Brasil, en España, en Portugal. O sea, ya nos había dado una mirada que no necesariamente se traduce en éxito. Es una mirada que conseguís que eso se transforme en algo que funcione donde entendés más algunos parámetros en común que tienen todos los países y qué particularidad tiene cada uno.  La verdad es que lo más valioso en términos de experiencia para aplicarla a lo que hacemos ahora, fue estar del lado del canal cosa que a mí nunca me había pasado de estar en una emisora, sino siempre del lado de la producción. Y esto te enseña a bajar un poco, transitar un poco más abajo del radar.

JF: Dada tu experiencia, ¿cuál es tu explicación del futuro de la televisión abierta y si crees que se produce de manera distinta en países con cultura distinta como podría ser España, Argentina y Brasil?
DG:  
Nadie puede anticipar mucho la tendencia de acá a diez años. Lo que yo veo de acá a los próximos cinco años es que las plataformas están pasando a ocupar el lugar del cable. El aire sigue teniendo respuestas en cuanto a llevar a gente masivamente a ver un producto. No cambio tanto, realmente el que está perdiendo más fuerte audiencia es el cable. Sólo que la Argentina siempre tuvo un mercado particular porque teníamos una penetración de cable brutal del 90%. Brasil, que no era ese su caso, abrazó el streaming. Brasil es el segundo mercado de Netflix, después de Estados Unidos. Eso no quita que el negocio de las televisiones  abiertas en cuanto a generar una oferta diaria, sea fuerte y eso le quita la posibilidad de crecimiento al streaming. Pero al final del día, la gente elige entre una cantidad de opciones, va buscando puntos en común porque somos seres sociales y la gente quiere comentar las mismas cosas. Sea un partido, un programa,y si algo funciona es porque la gente no se quiere quedar afuera de la conversación.  

JF: ¿El cholulismo que vos mencionas antes, es mayor en Argentina que en Brasil?
DG:
Es igual en todos lados. Es la condición humana. Es la sensación de que a esa persona la conoces,más allá de que conozcas una pequeña parte. 

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JF: Los griegos consideraban que las personas que tenían suerte, eran elegidos los dioses. La suerte era valorada como una virtud. El cholulismo, ¿a qué lo atribuís? ¿A algo como sí lo hayan elegido los dioses?
DG:
No sabría decirte si existe ese vínculo o no. Pero en un punto es gente que tiene alguna particularidad, un talento, o carisma, una manera de vincularse. Después es como una centrífuga que los va llevando a más. Pero el propio reconocimiento hace que la gente se de vuelta y se interese. Depende de la actividad.

JF: En ese sentido hay un clásico que es la sociedad del espectáculo planteando la política como una continuación del espectáculo. ¿Te imaginás un Hotel de políticos? ¿Y qué grado de contacto hay entre la posibilidad de pasar del mundo del espectáculo al mundo de la política? 
DG:
No creo que a la gente le interese ver un Hotel de políticos. Los políticos más conocidos obviamente se equiparan a la percepción que tiene la gente de ellos como celebridades. El cholulismo es bastante conocido. Pero es complicado. Siento que la gente está teniendo un rechazo importante a toda la clase política y no es difícil entenderlo. 

JF: Pero alguien que pase del mundo del espectáculo al de la política tendría ese capital de fama sin el desmedro que genera el desprestigio de los políticos. ¿Ese puede ser el caso de Marcelo Tinelli?
DG:
Tarde o temprano se le suma todo. Es que Tinelli no pasó para el otro lado, quedó como en un limbo. Por ahora sigue siendo una figura del espectáculo  con algunas incursiones furtivas. Pasar para el otro lado es Zelesnki. El es comediante y tenía hasta una serie que hacía de presidente. 

cp