Quinta victoria de Viktor Orbán, la cuarta consecutiva, para seguir siendo el primer ministro de Hungría. Doce años de gobierno han sido consolidados ahora por la amplia victoria de un líder ultraconservador, iliberal, nacionalista, autócrata en toda regla, que echó por tierra la esperanza de la oposición de unirse para tumbarlo. Imposible.
El partido gubernamental obtuvo una nueva mayoría en el Parlamento en contra de la coalición que apoyaba la reparación de las alianzas con la Unión Europea y la OTAN.
El desafío de Orban consiste en reconstruir la confianza de sus socios europeos o del Grupo de Visegrado, integrado por Eslovaquia, Hungría, Polonia y la República Checa.
Hungría, primer país de la Unión Europea en aprobar la Sputnik V
La necesidad de obtener fondos de recuperación de la Comisión Europea, a raíz de la inflación del 8,3 por ciento en febrero, la mayor en 15 años, puede poner a Orbán en el aprieto de evaluar entre la corrupción de su gobierno y el deterioro del Estado de Derecho.
Su rechazo a los refugiados y los derechos del colectivo LGTBI choca con los dictados de Bruselas. Orbán votó a favor de las sanciones contra Rusia, pero se resiste en enviarle armas a Ucrania.
El Papa viaja a Hungría en medio de la polémica ley que vincula a homosexuales con pederastas
Hungría es otro país polarizado en el cual la oposición sostiene que la democracia marcha a la deriva. Sus ciudadanos decidieron que todo siga igual.
cp