En diálogo con Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9 y Net TV), Pablo Duggan, periodista y escritor de dos libros que buscan arrojar luz sobre el caso por el asesinato de María Marta García Belsunce, analizó el rol de los medios y la Justicia y cómo “tergiversaron” pruebas por su propio interés: “La consigna era hacer mierda a la familia”, expresó.
El fiscal dijo que va a poder demostrar que Nicolás Pachelo fue, indiscutiblemente, el asesino. Vos siempre mantuviste sospechas de que fuera la familia y, progresivamente, que fuera alguien distinto, como Nicolás Pachelo. ¿Confirma esto, las diferentes tesis que fuiste construyendo en tus libros?
Si. Con Raúl "Tuny" Kollmann fuimos los únicos que habíamos leído el expediente. Es un caso muy raro donde es lamentable lo que pasó con la Justicia de la provincia de Buenos Aires y el Departamento Judicial de San Isidro. Implica también un examen de conciencia por parte del periodismo porque las pruebas que involucraron a Pachelo no son nuevas.
¿Encontrás que en esa preferencia del periodismo y la audiencia algo de lo mismo que pasa con Macarrón?
Son dos casos mellizos. El caso Macarrón surge cuando el caso García Belsunce, después de 4 años de ser el caso policial más mediático de la historia, empieza a decaer. En ambos casos, cuando un caso se hace demasiado conocido, es difícil que se conozca la verdad porque juegan otros factores. Hay presiones a los políticos y la facilidad con la que se puede utilizar un caso para favorecer o perjudicar algún interés.
Hay una historia del caso Belsunce que para mí es la clave de toda la historia. Hubo una gran operación de prensa con un motivo político. Meses antes del crimen de María Marta, se cambia el código de procedimientos en lo penal en la provincia de Buenos Aires y, de investigar el juez, pasa a investigar el fiscal.
Eso empoderó a los fiscales de esa época, como al Chino de la Cruz, alguien con aspiraciones políticas. Los fiscales eran un desastre investigando, no tenían experiencia y cometen todo tipo de errores. En estos casos famosos, los errores podían hacer que la gente viera que los fiscales no estaban capacitados, temiendo que se vuelva al sistema anterior, haciendo que los fiscales pierdan poder.
Por eso con el caso Belsunce hubo una gran operación de prensa, porque de la Cruz interviene la fiscalía de La Plata con su policía judicial donde estaba el epicentro de la investigación, lo pasan por encima a Molina Pico y empiezan a investigar ellos con la intención de salvar a Molina Pico que ellos sabían que era un incapaz y sin experiencia. Ellos pensaron: "Si no salvamos al fiscal, nos hundimos todos los fiscales". Entonces inventaron pruebas, trucharon pericias, el famoso "la gotita" nunca existió, se comprobó.
Esa mentira la instaló el cuerpo pericial de la Corte Suprema de la provincia de Buenos Aires que laburaba para de la Cruz. Siempre La Nación tenía la primicia del caso, no Clarín. Yo me junté con el vocero de de la Cruz, y dijo que en el caso María Marta, la consigna era hacer mierda a la familia. Él tergiversaba la información y se la daba a La Nación, entonces ellos tenían una vez por mes, una noticia nueva.
Así se fue construyendo un caso donde el periodismo realmente nunca investigó ni chequeó nada. Yo chequeaba y me daba cuenta que había pruebas ridículas. La idea era hacer pelota a la familia y salvar al fiscal y condenar a Carrascosa, algo que se logró y estuvo 7 años preso siendo inocente. Todo producto de la operación de prensa desde el poder, a eso lo compraron los periodistas y la gente también.
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Cuando un caso se hace importante se hace difícil que se resuelva porque hay sectores que lo convierten en un significante. ¿Puede haber acá una metáfora de la polarización en donde desaparece la verdad?
Eso pasó con también con el caso Nisman. Pero en el caso de García Belsunce no existía la grieta todavía, sin embargo, también fue utilizado políticamente. Porque para el poder, siempre hay interés en un caso de interés público porque siempre hay algo que le pueden sacar. Buscar la verdad no pasa a ser importante.
¿Hay algo en lo cual la pareja es el sospechoso perfecto?
Pasó en el caso de Macarrón, él ni siquiera estaba en el país y sin embargo también lo enchufaron porque hay una impunidad de la justicia para hacer cualquier cosa y también hubo intereses políticos porque allí de entrada metieron a un tipo cercano a De la Sota dentro de los sospechosos.
El caso de Nora es un femicidio porque ella muere siendo violada. Lo de María Marta no es un femicidio porque es un homicidio en ocasión de robo. El papel de que sea mujer aquí no tiene importancia aunque sí hay que decir que fue un caso tratado sin perspectiva de género porque a la mujer se la trató de lesbiana como si eso fuera un pecado, de casquivana y delincuente. Se la maltrató y se llegó a inventar de que había abusado de su sobrina, la "hija" de Irene Hurtig, que no tiene hijas.
Los medios grandes tienen mucha impunidad para decir cualquier cosa, siempre voy en contra de ellos. Desde el caso de Belsunce que digo que Clarín miente. Después Néstor Kirchner también lo dijo pero por otros motivos.
CB PAR