Para la buena fortuna de los amantes del rugby, la final del torneo más importante del hemisferio sur tendrá un argentino presente. Pablo Matera, el tercera línea del Crusaders -equipo de Christchurch- disputará el clásico neozelandés ante el Blues, de Auckland.
En el duelo de semifinales entre Crusaders y Chiefs, que fue victoria 20-7 para acceder a la cita máxima del certamen tuvo la expulsión del argentino y de esta manera su presencia en la final era algo imposible de imaginar. El jugador recibió una amarilla por acumulación de infracciones en la primera parte del encuentro y, ya en el complemento, vio la segunda amarilla por embestir con el hombro a uno de sus rivales y de esta manera abandonó el terreno de juego, expulsado.
De cara a la final, la ausencia de Pablo Matera era una baja sensible para el conjunto de Christchurch. Luego de lo sucedido, Matera se presentó este lunes ante el Tribunal de Disciplina de la SANZAAR (Federación de Seleccionados del Hemisferio Sur) dictamen en el cual se imaginaba recibir una sanción por inconducta deportiva, pero para la sorpresa de todos el ente decidió no castigar al jugador argentino.
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En consecuencia, Matera podrá estar presente en la final del torneo en el clásico neozelandés ante Blues, en lo que será una definición más que atrapante.
¿Por qué se decidió no sumar una suspensión a la expulsión si Matera acumulaba cuatro tarjetas amarillas? El fallo del tribunal justificó así su decisión: "Dos de las tarjetas fueron dadas por infracciones técnicas (es decir, no juego sucio) y esas dos infracciones técnicas fueron de naturaleza diferente entre sí. Las dos tarjetas amarillas restantes nuevamente fueron por infracciones de diferente naturaleza y no mostraron un patrón de preocupación". De esta manera el Tribunal de Disciplina anunció que Matera estuvo involucrado en acciones de juego que se trata de circunstancias excepcionales que no justifican una sanción adicional.
GA PAR