José Cibrián brindó detalles en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), sobre las futuras funciones de su obra Drácula y el presente al que lo lleva la obra teatral. "Esto me cambió la vida de nuevo, me siento mucho más tranquilo", expresó.
Pepe, vos contaste el año pasado que estuviste a punto de fundirte y por eso pusiste en venta tu casa. ¿Hay algo de resiliencia en esto de volver a insistir en algo que económicamente trajo perjuicios?
La obra la han visto más de 3 millones y medio de personas y ojalá que siga así. Ser actor ya es una forma de vida resiliente, y es como una ola: se sube, se baja y así constantemente. Y no pasa nada, así lo viví desde muy pequeño. Siempre en mi familia hubo una lucha permanente por mantener una forma de vida en lo que amamos.
Drácula reflejó un momento para mí muy grave, en el año '91, donde yo había producido el musical Luces mías con mi madre, que no fue nadie, directamente nadie. Creo que solo mi papá fue y, en ese momento, perdimos lo poquito que teníamos como mi casita, un auto, 10 mil dólares ahorrados y lo perdí todo. Y todo eso se volvió a repetir ahora. Yo no había leído la novela de Drácula ni había visto películas porque no me gustan los vampiros y esas cosas, pero se me ocurrió esto y, en esta lucha permanente de que el actor se autogestiona (porque el autor no está preparado para auto gestionarse sino para que lo contraten) decidí tomar ese rol.
Cuando armé el proyecto conté algo, conté pasión. Yo nunca soñé con el Luna Park, sino con un teatro de 200 localidades, algo así. Y fue ahí que tuvimos 40 funciones seguidas ahí de 5 mil personas. El desafío, el creer en este proyecto, es lo que nos hizo traerlo de nuevo. Y este Drácula, esta versión que es más exitoso que la del '91 y '92 porque se llena en donde vaya, ahora en octubre habrá cuatro funciones en el Movistar Arena y es un delirio porque ya se está llenando.
Esto me cambió la vida de nuevo, me siento mucho más tranquilo. Yo no puedo más que agradecerle todos los días a la vida, y a mi padre, y quienes me acompañan. Ahora vamos a hacerlos federal, a Buenos Aires, y sacar un poco del 'Buenos Aires va para allá'; estaremos en Córdoba y estamos muy contentos de este proyecto.
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Juani Fernández Juvé (JFV): Pepe, recién hablábamos de la huella enorme que dejas en la cultura nacional, pero también hay otra que tiene que ver más con lo social cuando, hace 12 años, apoyabas la lucha para que se pueda sancionar la Ley de Matrimonio Igualitario. Aquel Pepe, ¿se hubiera imaginado alguna vez que su propio suegro le iba a pedir que se casara con su hijo?
No, y el hecho fue muy particular. Yo conocí a la familia de Nahuel, con quienes compartimos la vida en este momento, y en una comida en casa con esta familia maravillosa, le pregunto a Daniel: "¿A vos te molestaría que nos casáramos, qué sentirían?", y me respondió: "Si ustedes son felices...". Lo mismo que me dijo mi padre cuando yo, con mucha angustia, le conté que era homosexual, pensando que mi papá me iba a reprender y me acuerdo que me dijo: "¿Cuál es el problema Pepe? Se es hombre en la vida, no en la cama". Y entonces esto mismo lo procesé en ese "si ustedes son felices...". Y un día, comiendo en su casa, nos preguntó de nuevo qué resolución teníamos en relación a eso y ahí dije "bueno, hay que poner una fecha entonces" y, todos hablando, con cierto humor, dijimos junio y elegimos el día al azar. Pero jamás el padre me propuso nada. Son una familia atípica, burguesa, luchadora, trabajadora y con una mente muy abierta porque lo que les importa es la felicidad.
GA PAR